Las generaciones anteriores a las y los adultos de esta época llegaron a comentar y se crearon leyendas de que el próximo diluvio sería de fuego y no de agua, como lo narra el libro del génesis en aquellos relatos metafóricos, antitipos que serían prototipos en algunas etapas de la historia de la humanidad. Después de aquella narrativa romántica e ilusoria en la que de barro crea Dios al hombre y de una costilla de este crea a la mujer, que los exegetas y analistas de esos textos en siglos recientes llegaron a considerar que el Dios creador de Adán fue misógeno, porque creo a la mujer de una costilla del varón y no del barro, como lo hizo con Adán.
Sobre todo, por aquello de que las corrientes feministas de esta época son reaccionarias sin causa, pues si bien otra de las teorías surgió en la Edad Media con Espinoza quien argumentaba al igual que los pre socráticos, que consideraron que la creación de Adán y la Mujer fue un proceso de descomposición o evolución de la materia, en este caso de la naturaleza y otros seres con similitudes del varón y la mujer, entiéndase como árboles, animales, el agua, el sol, el aire y el fuego. Un asunto que obliga a una nueva entrega sobre el mismo.
El mismo libro del génesis, desarrolla la historia de Abel y Caín, parecida a la de Rodolfo y Egidio Torre Cantú. En la que uno asesina al otro. Y el episodio nostálgico del varón creado del barro y la mujer creada de la costilla del varón se perdió, se olvido. Hoy las mujeres se parecen “cosacas”, salen del antro o cantina orinadas pero realizadas porque hacen lo mismo que el varón.
Otro símil de aquella historia violenta de Caín y Abel es Estados Unidos y China, antes lo fueron los países árabes y los unites stantes, a mediados del siglo anterior lo fueron los alemanes y los judíos, a principios del cristianismo sucedió lo propio con Roma y la Grecia Antigua.
De manera que la guerra ha sido una práctica común desde el origen de la humanidad, haya sido como dice el autor del génesis, Darwin, los seguidores de Espinoza y otras corrientes mas recientes del siglo anterior como Theilar, Nietzche.o Sartre.
Lo cierto es que, en el recuento de las guerras, son más los avances que han representado para la tecnología, la ciencia, el conocimiento, la antropología y la historia, que la cuantía de muertos, de manera que los varones y las mujeres caminan por los caminos, carreteras y ciudades, como las bailarinas de ballet, porque el entorno esta plagado de difuntos.
El cosmos huele a muerte, vale traer a este espacio el relato del Loco de Nieztche que la plaza de Tubinga con una linterna encendida gritaba a los paseantes, busco a Dios y los encaraba cuestionando, ¿dónde esta Dios?. Ustedes lo han matado, sus altares están llenos de sangre.
La muerte esta apoderada del mundo, y no es la muerte de la que los ministros hablan en los templos ensangrentados, sino de una realidad que permea sus iglesias, pues no respeta credos ni religiones. Lo mismo desaparecieron al Padre Carlos en Jiménez, que asesinaron a otro más en Matamoros y a un ministro en la Ciudad de Nuevo Laredo. Asi mismo la pederastia -un sinónimo de muerte- se apoderó de esos segmentos, promotores de los valores fundados en doctrinas axiológicas, antropológica y teológicas, desencarnadas y extrañas para la sociedad del siglo 21.
Lo mismo sucede en las escuelas, colegios, internados, la oficina, el campo, la empresa y otros sitios recurrentes del varón y la mujer. Pero algo nuevo deberá llegar después de lo que hasta ahora hemos podido cronicar. De los muertos que cabalgan, que viajan en el metrobus, en el micro, el autobús o el avión.