No se trata de definir quién pierde o quien gana.

Se trata de que cualquiera que sea el resutado de este “affaire” político, quienes quieren causar daño al movimiento morenista lo están logrando.

Me refiero a la querella interpuesta por la ex alcaldesa de Reynosa Maki Ortiz contra MORENA, por la designación –según ella– irregular de Américo Villarreal Anaya como candidato a gobernador por esas siglas.

Ya todos lo saben, debido a la queja presentada por la tormentosa dama, ayer el Tribunal Electoral federal dictaminó la revocación temporal de ese nombramiento al senador, para demandar a la autoridad local competente que emita una nueva resolución en un plazo de tres días, derivada del análisis de los argumentos planteados al TEPJF.

De acuerdo a los expertos en el tema, nada pasará, porque estiman como certeza que se ratificará al doctor como abanderado formal de Regeneración Nacional en Tamaulipas. Pero…

Siempre hay un pero, reflejado en este caso en la vieja frase que reza “calumnia que algo queda”, la cual podría impactar en mayor o menor medida a MORENA de dos maneras:

Por un lado, en forma de punzante duda en el imaginario colectivo de los votantes sobre la legitimidad del proceso que llevó a esa decisión. Y por otro, como una prueba más de la división interna que tanto aqueja a ese instituto político. Los dos escenarios se encaminan a calar en las urnas.

Resulta lamentable que se lastime la imagen de un buen candidato como lo es el médico Américo Villarreal, pero su partido no ha sido precisamente un ejemplo de unidad y los constantes enfrentamientos entre sus grupos en el Estado adelantaban complicaciones desde hace meses, a las cuales pocos intentaron controlar o tal vez nadie pudo hacerlo.

En este contexto surge de forma natural una interrogante:

¿Qué necesidad tenía MORENA de incluir a Maki en la recta final si la delantera del doctor era inobjetable?

Buscar la respuesta a esa pregunta es vital para ese partido.

Quien movió los hilos y meció la cuna para meter a la ex edil en ese terreno sabía perfectamente que la misma pelearía con uñas y dientes esa representación; no le importó que la mayoría de los consejeros apoyaban a Villarreal Anaya y sabía también que Maki contraatacaría al no ser favorecida, fiel a su costumbre de tratar de arrebatar cuando pierde.

Sabía en pocas palabras, que estaba dando la bienvenida a un Frankenstein con faldas que atacaría a sus propios creadores.

Parodiando a Vito Corleone en la película El Padrino, cuando le dice a su hijo Michael que quien le proponga un trato es el traidor, aquí podría decirse que quien le abrio la puerta a la señora Ortiz es el culpable de este desaguisado. Y debería pagar por ello.

Y que no digan que no saben quién es o quiénes son…

EL CONGRESO Y SUS PERSONAJES

No hay por qué espantarse por lo que sucede en el Congreso de Tamaulipas.

Los enfrentamientos, los dimes y diretes y los balconeos son parte de su historia, en donde dejaron marca los panistas Francisco García Lozano y Jorge Camargo, así como los belicosos Elpidio Tovar y Pedro Alonso Pérez en el ala izquierda, o Bruno Alvarez con su hacha, sus frustradas crucifixiones y sus huelgas de hambre.

Sin embargo, hay una diferencia con los zipizapes del presente.

Hoy, quienes en esta Legislatura fueron mayoría por cinco meses y ahora prueban el sabor amargo de ser oposición, resultan una caricatura de aquellos personajes.

Sus argumentos son desahogos intestinales aderezados con insultos de barrio y descalificaciones sobre las rodillas. Con números avejentados y ya muy sobados, son una patética secuela de la divergencia partidista.

Lástima, Armando Zertuche me parecía una magnífica carta de póker y terminó siendo el tapete de la mesa de juego…

LA FRASE DEL DÍA

“No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo…”

Giulio Andreotti