Esa es, hasta el último corte del INE, la gran cantidad de jóvenes de entre 18 y 29 años que en nuestro país, tendrán la oportunidad de definir la elección del año entrante.

Y afirmo que la definirán porque así será, en virtud de que, por ejemplo, cuando el entonces candidato Peña Nieto que encabezaba la coalición “Compromiso por México” (sí, a mi también me dio risa el nombre de la coalición, estimado lector, no me acordaba) se impuso a López Obrador por 3.3 millones de diferencia.

Toco el tema de los jóvenes en este contexto por tres razones.

La primera por cuestiones personales, porque se juntaron cosas que me inspiraron: por ejemplo, el miércoles tuve la oportunidad de estar en el último Informe del Rector de la UAT, que a la vez significó el cambio de Rector de esa Universidad, de la cual soy orgullosamente egresado, y desde ese día he traído la inquietud de escribir de jóvenes, luego, vi una nota de que se ha incrementado el consumo de drogas precisamente en los chavos, y luego leí una columna de las encuestas de cara a 2018. Y no los culpo si se preguntan: ¿Qué tiene que ver la UAT, las drogas y las encuestas? El Licenciado se volvió loco al escribir la Del Abogado Amigo… No; no es así.

La segunda razón es, porque aunque es momento de definiciones en los partidos políticos, lo cierto es que ya está casi todo el escenario puesto para que arranque la competencia entre punteros formalmente, aunque de facto empezó hace ya rato.

La tercera razón y más importante, si los tuviera uno a uno enfrente a los más de 25 millones de jóvenes, con su honorable testimonio, estimado lector, les diría:

Sí puedes salir adelante, no pienses mediocremente. La vida se construye todos los días, que nunca se te olvide. Fíjate metas, metas que valgan la pena. Ayúdale al de enfrente, si crees que tú tienes carencias, él tiene más. Esto, se te regresará.

Y no, no es un discurso religioso, es lo que pienso, joven. Porque se que como yo, eres joven pero maduro de mente, e inteligente: Sí puedes. ¿Quién te dijo que no soñaras, tu papá? Pregúntate si él soñó e intentó conseguir su sueño, o si le dio miedo? Tal vez lo pisoteó la vida mientras luchó y ya no lo volvió a intentar.

¿Quién te dijo que no se puede llegar a tener una mejor calidad de vida, ganar más, ofrecerle algo mejor a tu futuro y al de tu familia?
Dime, por favor: ¿Quién te dijo que en este país el pobre siempre será pobre, el medianamente pobre, siempre medianamente pobre, la clase media, siempre media, y los ricos siempre ricos; eso no es cierto, si tu te esfuerzas todos los días, pero esfuerzos de verdad ¿eh?, y con metas ciertas: logras los objetivos porque los logras, es un hecho, y ningún gobernante puede interferir esa lucha.

Y no, tampoco es retórica vacía ni idealismo: se de lo que estoy hablando.

El país necesita jóvenes de garra, que no se dejen; que no se conformen, que no sean agachones (por decirlo suavemente): que no busquen imitar el camino de sus padres, bueno o malo, ¿eh?; que busquen hacer su camino, y eso no es fácil pero con valor y disciplina sí es realizable.

Escribí en mayo de 2013 -tenía 25 años-, era de mis primeras columnas y no me acuerdo ni como la titulé, pero era sobre los ejercicios de las encuestas: los critiqué. Dije que tal como había sucedido en 2012, se habían convertido ya sistemáticamente en un arma de manipulación de quien pagara por ellas, no de información veraz para el electorado, y esto, creo que así seguirá en 2018.

Menciono lo anterior como una analogía de mi cierre:

Joven, échale ganas, fíjate metas y sigue: dale; con independencia de quién gobierne y con independencia de si cambian o no las cosas de acuerdo a analistas políticos, cambia tú, tu vida.

Y a la par, lee, infórmate de los temas de actualidad; checa bien a los candidatos; no te drogues, repito: no te drogues, y en su oportunidad, sé responsable: vota por quien para ti represente el México que quieres en 2024, no por lo que te digan las encuestas. Ojo.