Es tu belleza interior, la que mueve mis deseos espirituales de superación, porque no busco en el exterior, la engañosa perfección de lo que atrae de mi ser lo más superficial, que pone en evidencia el instinto primitivo, que me transforma en el animal que sólo al cuerpo quiere dar satisfacción, incitando la pasión, que estimula el deseo de ocasión, al despertar la ilusión en el cuerpo, que por la fallida emoción, de que se está en el paraíso, se puede llegar al cielo,  cayendo en la tentación.

No busco tener siempre la razón, al pretender lograr lo que quiero, poniéndole precio en dinero, a lo que no deseo comprar, quiero, que sea el corazón, el que te muestre que soy sincero, y no persigo otro fin, que el amarte primero, porque sólo con amor se puede saber la diferencia entre quererte y amar, cuando por amor me puedo entregar entero, sin herir tu dignidad.

Vivir sin amor yo no puedo, la vida no tendría rumbo ni sentido, porque el amor se ha convertido en el aire que respiro, cerca de ti el paisaje más gris es luminoso y florido, sintiéndome consentido cuando tú estás conmigo.

El amor es siempre joven, nada lo quema y marchita, el amor da a la mujer la belleza eterna y bendita, que hace de mí, el hombre enamorado que quiere estar siempre a tu lado.

El tiempo pasa, y se va confiado en que el amor que Dios predica, sea siempre asimilado por quienes creen en él, por eso nadie podrá tocarlos, porque los ha cubierto con su divina sangre bendita.

Si hay algo más íntimo que pueda decir, lo he dicho claro y ahorita, para que siga tu espíritu dándote vitalidad y esperanza, y estés en la confianza de que de ti sigo enamorado.