Con al inicio de esta semana, comienzan las clases en todo nivel en la entidad y el país: preescolar hasta educación superior comienzan a recibir alumnos, aunque dicho sea con objetividad, los alumnos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas aún no ingresarán, dado que inicia la semana de inscripciones.

El asunto es que muchos de nosotros hemos estado juntando recursos para hacer frente a los requerimientos de los profesores que, en algunos casos, siguen siendo los necios de siempre, exigiendo cuadernos de 200 o 150 hojas, cosidos, con forros de tal o cual color y diseños especiales, pensando que los padres no tenemos más que hacer que estar pendientes de los caprichos magisteriales.

Siempre hemos pensado que lo importante en la educación es lo que se aprende y no la presentación de un cuaderno.

Hemos vivido necedades al por mayor, con tres hijos que han pasado casi todos los niveles.

Nos hemos topado con profesores que exigen cuadernos en los que se pueda anotar, y nada más, sabiendo que la responsabilidad es del alumno, y despejando un poco el espíritu paternalista que tanto daño hace a todos.

Más preocupados por pedir un color o tipo de cuaderno que de enseñar ortografía a una generación que viene escribiendo de una forma por demás terrible, que se ha generalizado inclusive en dependencias públicas, y que es el horror de la gramática y la ortografía.

Pero el asunto es que miles vuelven al salón de clases, y vuelven los estrangulamientos de tráfico en las escuelas; es aquí donde mucha gente espera que los elementos de Tránsito municipal de Victoria se sumen a las tareas de vigilancia y observancia de la ley, es decir, que no se dejen amedrentar por esos politicuchos y riquillos de ocasión que se estacionan en doble y triple fila en colegios particulares y escuelas oficiales, y, envalentonados, amenazan hasta con cesar a los policías.

El alcalde Oscar Almaraz ha pedido los ciudadanos que respetemos los ordenamientos y enseñemos buenos modales a nuestros hijos: que dejen de ser los juniors o patancitos que se bajan despacito del carro y todavía se regresan a despedirse, y que piensen en los demás: que se bajen rápido para no estorbar, y que los padres, principalmente esas mujeres que, encaramadas en grandes camionetotas y con el celular en mano, “whatsapeando” con sus amigas como si relamente fueran tan importantes, obstruyen el tráfico, entorpecen la vialidad y arriesgan la vida de muchos de nosotros.

Sería excelente ver el resultado de la primera semana en cuando a infracciones, y que don Oscar nos informe que hay más orden en las escuelas.

No tenemos por qué ser groseros ni jorobar a los de al lado: nadie tiene por qué supeditarse a nuestro tiempo y caprichos.

Si cooperamos todos, tendríamos mejor vialidad. Si nuestros hijos apuran su paso al descender o subir de los vehículos, ayudan a su ciudad y se van creando una cultura cívca de respeto hacia los demás.

Como que va siendo hora de respetar cajones de personas con discapacidad, rayas amarillas, y por otro lado, también es hora que la autoridad acuerde y lleve a cabo la clausura de lugares exclusivos, desde el mismo Palacio de Gobierno donde los funcionarios de todos niveles –hasta pulga- se sienten los sultanes del mundo y tienen exclusivo cajón para ellos.

Nada distinto tienen esos seres con los demás, y es un acto de discriminación y abuso de autoridad.

La gente ha pedido al alcalde clausure y cancele esos permisos, desde el del Gobernador y rector hasta los de los que se creen periodistas o algo más.

Pedimos en este inicio de curso, que haya un profundo respeto como primera lección de civismo para todos los victorenses.

Es hora de aprender, de educarnos y educar a nuestros hijos, porque luego ya nos anda con los insoportables juniors con que contamos hoy en día, que creen que con el dinero de papi podrán violar la ley cuantas veces deseen.

Esperamos un buen inicio, y colaboración total.

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