La inflación muestra señales de moderación, pero se ubica fuera de los objetivos de los bancos centrales y nuevas presiones la mantendrá elevada, explicó el gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Agustín Carstens. Dijo que la economía global es inestable. Inflación e inestabilidad financiera surgen a la par, desafíos que serán problema. La pérdida de poder adquisitivo continuará por años pues el esfuerzo para evitar la persistente inflación debe ser global y coordinado, acorde a las características de la economía global.

Inflación persistentemente alta e inestabilidad financiera desencadenarán un largo período de bajo crecimiento, o recesión, dijo Carstens. Además de las presiones inflacionarias, surgirán nuevas. Aunque la inflación se ha reducido, hay resistencia en el incremento de precios de bienes y servicios en el Índice Nacional de Precios al Consumidor no sujetos a decisiones de administrativas, estacionalidad o alta volatilidad. Si bien la inflación ha bajado es por caída en los precios de materias primas lo que es grave para el productor, más que por las acciones para ello, por ello habrá crecimiento de los precios de los servicios lo que haría que la inflación se vuelva constante por años con deterioro del poder de compra.

De la inestabilidad financiera, dijo que las tensiones golpearán los créditos. Surgirán tensiones bancarias a medida que la política monetaria se endurece: la alta deuda, altos precios de los activos y alta inflación amplifican los riesgos. El entorno cumple esos requisitos. La tarea de los bancos centrales es lograr estabilidad de precios, de no hacerlo no habrá estabilidad financiera. Pandemia y cambios estructurales interrumpió la relación habitual tasas de interés-crecimiento-inflación.

En cuanto a política fiscal, dijo que debe consolidarse para llevar la trayectoria fiscal a una base segura lo cual ayuda en la lucha contra la inflación. Se refiere a la combinación de política monetaria y fiscal que brinda estabilidad macro y financiera sostenible. La política monetaria restringe la demanda para apagar la inflación; la política fiscal la impulsa para proteger la actividad de los precios más altos de los productos básicos, y las tasas de interés más altas amplían los déficits fiscales, dijo.

Las tensiones actuales son resultado de décadas de dependencia de las políticas monetarias y fiscales como motores del crecimiento económico. Aislarse es perder en economía y en finanzas. ¿México peleará solo o se sumará a la batalla global?