Él los conoce, sabe de ello, me observa y espera tranquilo, yo, al sentirme observado, cambio de idea, pongo mi mente a pensar en otra cosa y me repito a mí mismo: aún no estaslisto. Él me pregunta: ¿Por qué titubeas? Yo finjo no escucharlo, pero me es imposible. Él continúa diciendo: ¿Recuerdas a Pedro? Después de despedir a la gente que me escuchaba, envié a mis discípulos a que subieran a la barca y cruzaran el lago para que me esperaran en la otra orilla, antes de ir con ellos, subí al cerro a orar y al llegar la noche, mientras la barca ya iba lejos de tierra firme, vi cómo las olas azotaron la barca, esto por tener el viento en contra; entonces fui hacia ellos caminando sobre el agua, y cuando mis discípulos me vieron, se asustaron y gritaron de miedo: Es un fantasma, entonces les hablé para que me reconocieran y les pedí que se calmaran; fue entonces cuando Pedro me pidió lo acercara a mí, haciéndolo caminar también sobre el agua; Pedro bajo de la barca y empezó a caminar en dirección hacia mí, pero al notar lo fuerte del viento, tuvo miedo y empezó a hundirse, pidiéndome lo pusiera a salvo, lo tomé de la mano y le reproché su poca fe y le pregunté por qué dudó. Ahora te pregunto a ti: ¿Por qué dudas?
Señor, mi miedo no es como el de Pedro, mi temor es el poder ofenderte por estar siendo presa de un impulso, al pensar que inmerecidamente puedo hacer aquello que sólo hacen los verdaderos hombres de fe, yo sólo soy un humilde aprendiz de discípulo, que un día sintió el llamado para seguir tus huellas, y he de reconocer, que inconscientemente camino por donde el viento suele ser tan fuerte que pueda borrar tus huellas del camino.
En verdad, en verdad te digo, que aquél que ha visto una sola huella mía, jamás perderá el camino, la verdad y la vida. El impulso que te motiva no es tuyo, Yo Soy quien mueve todo aquello que ha sucedido, sucede y sucederá en todo tiempo y época en tu mundo y el universo entero.
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