Por más que haya personas que fielmente crean que la elección de un Papa es por completo una obra del espíritu santo y que los intereses de los cardenales no intervienen, es inevitable qué, al momento de votar, tomen decisiones con subjetividad para elegir al nuevo pontífice.

Y es que, los cardenales son seres humanos como todos nosotros y pese a su fe, son personas que creen, que tienen intereses y fobias, que toman una decisión tan importante como quién será el pastor que los guiará en base a estos aspectos.

Por eso la elección de Robert Francis Prevot, como el nuevo Papa y máximo líder de la Iglesia Católica, debe considerarse no sólo como consecuencia de una inspiración divina, sino también como un mensaje de la mayoría de los cardenales hacia el mundo.

Primero, que el mensaje que envían es qué, pese a sus diferencias, normales como en toda convivencia humana, hay unidad, pues el nacido en Chicago obtuvo el apoyo de tres cuartas partes de los cardenales electores, durante el segundo día del cónclave, en la cuarta votación.

Segundo, por sus posturas sobre diversos temas polémicos, parece ser una persona con una visión moderada pero no conservadora, es decir, como comúnmente se diría en la política, un hombre identificado con el centro.

Un religioso que rechaza temas como el aborto, la inclusión religiosa de las personas de la comunidad LGBTQ y la ordenación de mujeres como sacerdotes, pero que también con una visión misionera que busca acercar la Iglesia a los más necesitados, una postura con una agenda social similar a la del Papa Francisco.

Tercero, un hombre de origen estadounidense, con raíces francesas, italianas y latinas, estas últimas por su madre y que gran parte de su ministerio lo ha hecho en Perú, cercano a las comunidades más desprotegidas.

Por lo que se dice que es un Papa transcontinental, que conoce muy bien las necesidades pastorales y sociales de ambos hemisferio del Continente Americano.

Y cuarto, su personalidad amable y cálida, pero a la vez decidida y firme, el conocimiento de los actores e intereses de la política internacional y el conocimiento de los intereses de la Curia, hacen que sea una persona con la capacidad para entender y negociar con los poderosos del mundo.

Que mejor prueba que su breve, pero preciso discurso como nuevo pontífice católico, en donde resaltó el tema de la unidad y la paz en el mundo.

Si bien, es un Papa estadounidense, por sus raíces latinas, el haber vivido tanto tiempo en Perú y haber sido en el Vaticano un enlace con América Latina, debe conocer bien los problemas de la Iglesia Latinoamericana, incluyendo a la mexicana.

Aunque es muy pronto para afirmar la lineal pastoral que implementará el Papa León XIV, de acuerdo a su visión religiosa y sus características, es probable que sea de la manera que analizamos líneas arriba.

Nuevamente millones de católicos en el mundo vuelven a tener a su guía religioso y renace la esperanza de que sea un nuevo líder que haga de la Iglesia una institución cercana a la gente y predique con el ejemplo los mandatos de Dios.