Como saben, mi actividad política y las posturas derivadas de ella, han sido las de un opositor real. De ahí todo lo sucedido con mi familia esta semana, particularmente con mi madre.

Créanme, no fue fácil tocar el tema públicamente. Generalmente este tipo de cuestiones, de abusos al corazón de la familia, se quedan reservados en casa, no salen de ahí… Así es el tratamiento que usualmente se les da a estas cosas, a veces hasta por temor. Pero, lo platiqué en casa, lo debatí respetuosamente con mi familia, con mi mamá en particular, y decidimos hacerlo público, al considerar que esto traería consigo un bien social: limitar o inhibir que este tipo de atropellos y represiones se repitan en gobiernos siguientes.

De hecho, apenas hace algunos días había visto el documental derivado del libro “La Infamia” que escribió el Senador Monreal, donde narran las presiones que recibió hace muchos años en Zacatecas en la época hegemónica del PRI, cuando él renuncia a dicha institución política siendo entonces impensable que alguien fuera en contra del sistema. Y hoy, increíblemente, más de veinte años después sigue habiendo este tipo de prácticas.

Gracias por todas sus muestras de solidaridad. Y no a mi persona ¿eh?, a mi madre, a mi familia. Gracias también, a los medios de comunicación que dieron puntual cobertura a este atropello.