No terminamos de alegrarnos por las lluvias que, si bien es cierto que dejan innumerables daños en la infraestructura de las ciudades, inundaciones y otros problemas, nos permiten tener una recarga en los mantos acuíferos de la región y por ende, conjurar una sequía que si bien es cierto que la venimos padeciendo desde hace mucho, no queremos que se extienda.
Ya se acabaron los “culpables” de la falta de agua: autoridades, fugas, tuberías en mal estado y lo que venga: hoy sigue aprovechar el líquido de la mejor manera posible.
Vemos en algunas calles que hay agua corriendo, y a juzgar por lo que se ve, es potable. Ojalá la autoridad competente tome cartas en el asunto y se pueda hacer algo, porque debemos también saber que algunos veneros no se pueden detener.
Pero ahora estamos ya alarmados con el frente frío que ha amenazado con entrar en la entidad desde este lunes y que durará al parecer varios días.
Por consiguiente, el panorama sanitario cambia drásticamente: ahora, en lugar de tomar extremas medidas por problemas gastrointestinales y de la piel -que no debemos abandonar- tenemos que incrementar los cuidados para evitar enfermedades respiratorias y bronquiales -casi lo mismo- para que no tengamos esos problemas que nos llevan a ser estadística, a la utilización extrema de antibióticos, y a ser focos de contagio.
Imagine usted a un chiquillo o un muchacho en el salón de clases, estornudando, tosiendo o “moqueando”: el resultado es un contagio que no acaba, porque cuando unos ya la libraron, vienen los otros y así pasa todo el tiempo.
¿Qué hacer al respecto? El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Alejandro García Barrientos nos dice que se requiere, como siempre en los problemas de salud pública, enfrentar lo que viene de manera conjunta, es decir, participando todos.
Las gripes no llegan por decreto ni se van por esa vía, sino que se necesita tomar medidas de prevención tales como cuidar los lugares que no se enfríen demasiado y no estar expuestos a cambios drásticos de temperatura, a los que están enfermos, darles los cuidados necesarios: taparlos bien, principalmente la zona bronquial, evitar que consuman productos helados y visitar a su médico para que le recomiende algo para reforzar las defensas. En este aspecto NO SE AUTOMEDIQUE: los doctores saben qué necesitamos, y sólo ellos están calificados para decirnos qué tomar.
Cambia la ropa del clóset y comenzamos a sacar suéteres, chamarras, bufandas, guantes y hasta las botas, como dicen muchos, de “Perro Aguayo”.
Consideremos todas las medidas posibles en aras de no caer con un cuadro gripal o más dañino como puede ser de bronquitis, bronconeumonía o algo que tenga consecuencias poco gratas.
Victoria será objeto de estos cambios drásticos, de forma tal que hemos de estar atentos a las recomendaciones que la Secretaría de Salud emite, y que muchas veces se difunden a través de los medios de comunicación, para alertar a la población.
Es preciso checar muy bien los medicamentos que tomamos; en la televisión anuncian una serie de antigripales con refuerzos para el virus Ah1N1, para la tos y muchas otras cosas más.
Hemos de insistir mucho en no automedicarse, y solicitar al médico que nos diga qué tomar en caso necesario y cómo extremar las medidas.
Recuerde que las corrientes frías son caldo de cultivo para estas enfermedades, y no somos ajenos a que cualquier virus nos afecte.
Y estas medidas, multiplicarlas con nuestros niños, nuestros ancianos y nuestras mujeres embarazadas, por sugerencia de la autoridad sanitaria, Barrientos.
Hagamos todos frente común contra enfermedades de temporada, y propiciemos una comunidad más saludable. La solución está en cada uno de nosotros, y en todos en conjunto.

Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com