México se resquebraja socialmente. Se fragmentan poder y autoridad. El estado de Derecho se extinguió ante la conducción ladronesca que se apropió de México en asociación con el crimen organizado, hasta que ambos fueron rebasados por bandas delincuenciales sociales, orden social que siguiendo el mal ejemplo puesto por el Estado Mexicano, brota desde cualesquier ejido, ranchería, poblado o colonia en todo el país.

Es una revolución a la que le falta Lema para ser reconocida como tal, pues el motivo es el mismo que en 1910, quitar el poder totalitario, absoluto, corruptor y erradicar la exclusión social. 2018 es año crucial para México. El Estado mexicano retoma el buen gobierno o los actos violentos y criminales seguirán encendiendo el país hasta lograr apoderarse de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y establecer como sucedió hace cien años, un gobierno emanado de la Revolución.

Podemos citar la larga lista de ex gobernadores en México sometidos a juicio, otros aún en la cárcel, políticos que el actual Estado mexicano creó, les permitió enriquecerse, pero ante la irritación social generalizada no tiene más camino que la simulación y llevarlos a la cárcel, es parte del juego para continuar en el poder. Tamaulipas es un ejemplo que quema por el favoritismo político, por la entrega de posiciones de poder estatal a personas sin libertad personal por vivir atados a emociones “fuertes”, carentes de integridad, ignorante de que política y poder se ejercen para el bienestar social, por lo que se dedicaron a expresar en sus actos de gobierno y de vida los valores negativos que desde niños y de jóvenes les enseñaron, corrupción, impunidad, robo, despojo, extorsión, etc.

Es la realidad que nos sucedió, la mafia llegó al poder.

Ranchos, propiedades, ganado, cosecha de granos y citrícola; maquinaria, equipo, cuentas bancarias, todo tipo de riqueza fue puesta bajo asalto en un Tamaulipas al que se redujo a estado de indefensión desde el gobierno estatal. Es la lamentable situación que se estableció en la entidad y que ahora se muestra con crudeza. De los últimos tres ex gobernadores, dos están detenidos y el último es severamente cuestionado por corrupción, por lo que la voz pública de manera reiterada exige sea detenido y se investigue el origen de su fortuna así como su desempeño en la administración estatal.

Con la participación de familias enteras de los municipios de Cañada de Morelos y Esperanza, las bandas de huachicoleros diversifican su actividad delictiva hacia el robo de trenes pues los operativos del Ejército y de la Armada, y la reducción de combustible circulante en los ductos de Pemex, acotan el robo, lo que obligó a estos grupos delictivos a organizar a pobladores de esa región para asaltar trenes. El Ferrosur ha sido asaltado en dos ocasiones en la misma zona del municipio de Cañada de Morelos, con el mismo modus operandi. Colocan barricadas para detener el tren y con armas de alto calibre, abordan el tren más de un centenar de personas, mujeres y niños, y saquean lo que transportan. Para trasladar el botín usan decenas de camionetas, tráileres y camiones.

Los grupos han puesto reglas para esta actividad; cobran cuota a los lugareños para permitirles su participación en el botín a la vez que les sirven como escudo humano y dificultan la respuesta de los guardias de seguridad del tren ante un ataque tumultuario. La mercancía es semillas, granos, aparatos electrodomésticos, maquillajes, abarrotes, vinos y licores, autopartes y llantas de vehículos.

Según el Reporte Trimestral de Seguridad en el Sistema Ferroviario Mexicano, de tres asaltos registrados en Puebla el primer semestre de este año, se disparó a 26 en el segundo semestre. La situación está fuera de control por la participación de decenas de personas que de manera coordinada tienen una forma de operar que limita las posibilidades de que el personal de seguridad del tren impida el atraco. Existe el riesgo de un accidente fatal, pues estos vagones transportan materiales explosivos. La empresa requiere apoyo de autoridades estatales y federales para detener esta ola delictiva. Hace 4 semanas se registró uno de los robos más cuantiosos, luego de que este tipo de bandas se llevó 900 toneladas de maíz y de soya en 37 vagones, cuyo valor se estima en 5 millones de pesos. El asalto se cometió a la altura del kilómetro 251, en el municipio de Cañada, Morelos, donde sujetos que se transportaban en más de veinte camionetas bloquearon las vías y se enfrentaron a balazos a los operadores de Ferrosur.