El día de hoy, el magisterio nacional se encuentra de manteles largos, se festeja el Dia del maestro, una fecha muy especial para quienes formamos parte del magisterio. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que miles de maestros consideramos este día más especial que ni nuestro propio cumpleaños. Por supuesto, esto solo es consecuencia del amor que le profesamos a nuestra labor docente y todo lo que ello implica.

Por años la labor docente ha estado bajo el escrutinio de la sociedad en general, mucho se habla de los bajos niveles educativos, poco se habla de las condiciones laborales en las que desempeñamos nuestra profesion; muchas quejas hay al respecto, poco somos escuchados por los gobiernos federales y estatales en turno y por los dirigentes sindicales en turno. Somos valorados en épocas electorales y de cambios sindicales, somos ignorados pasando las elecciones.

Con todo lo anterior no hemos olvidado nunca nuestro compromiso con la sociedad, con nuestros alumnos. A pesar de todo, los maestros siempre han cumplido y hasta hemos dado más de lo que nos corresponde. También somo criticados por eso, por dar mas de lo que nos toca y es entendible la critica puesto que por eso abusan del papel del maestro. La sociedad poco lo dice, pero sabe perfectamente bien que chueco o derecho los maestros sacamos a flote todo lo que nos pidan, aunque no nos den las herramientas para hacerlo. Somos los llamados “todólogos”, la hacemos de enfermeros, de médicos, de policías, de psicólogos, de consejeros, de políticos, de nutriólogos, hasta de padres o madres sustitutos cuando nos topamos con situaciones de abandono en nuestros alumnos.

Para una maestra o maestro, es imposible (por mas que queramos y la lógica nos lo dicte), ignorar todas las situaciones que directa o indirectamente implican nuestra intervención. Siempre hay cómo un maestro cubra una necesidad, aunque no nos toque. Así los maestros han levantado escuelas con pocos recursos económicos, han trabajado con generaciones enteras de alumnos aun sin contar con lo mínimo necesario para desarrollar nuestra labor docente. Incluso hemos quitado y puesto a políticos con el sufragio efectivo y haciendo uso del mismo pensando en nuestra profesión antes que pensarlo como unos ciudadanos más.
Con esta columna no pretendo causar lástima hacia nuestra labor ni ponernos como víctimas, sino hablar de lo que no se sabe de nuestra profesión, lo que hay “detrás de cámaras”, la otra cara en lo educativo y del protagonista principal que hace que todo esto funcione muy a pesar de todas las limitantes con la que nos enfrentamos día a día en el edificio escolar y ahora con la educación a distancia.
Añoramos que un día nuestra profesión sea realmente valorada, no solo con discursos sino con hechos. Añoramos un día tener un sueldo realmente profesional, porque todo lo que hacemos no va de acuerdo con lo que ganamos, nos han quedado a deber mucho. Pero también es necesario que como maestros no solo esperemos y añoremos, sino que actuemos. Si bien es cierto, nos gana el corazón, es necesario no solo pedir se valore y respete nuestro papel en la sociedad de nuestro país, sino también nosotros hacer que eso suceda, levantando la voz con respeto, exigiendo se respeten nuestros derechos laborales, exigiendo que sean respetadas también nuestras conquistas laborales.

En este día del maestro, hago extensiva mi felicitación y reconocimiento a todos y cada uno de mis compañeras y compañeros, por su gran amor y dedicación a esta noble labor y la cual realizamos con mucho orgullo. ¡FELIZ DIA DEL MAESTRO!

Reyna Campuzano Salinas, Secretaria Delegacional del SNTE, vocera del Movimiento Magisterial de Tamaulipas (SNTE MMT). Facebook: Reyna Campuzano Salinas. Twitter: @RCampuzano