No busques en la profundidad de tus emociones los sentimientos que consideras extraviados; lo blanco es blanco y lo negro es negro, las tonalidades intermedias son el titubeo que da la inseguridad de lo que se desea y para conformar la inquietud de la conciencia que se resiste a perder lo que considera es la verdad.
No busques en el extravío de tus ideas desfasadas, el camino para cambiar la realidad, el hombre siempre está buscando lo que no quiere encontrar, porque esa búsqueda es el motivo de su peregrinar por la vida pues le da la esperanza de que algún día se encontrará a sí mismo y quedarán resueltos muchos de los conflictos que enfrentó por el camino.
No busques sanar de las heridas auto infringidas, pues en realidad son el pretexto perfecto para culpar a otros de la capacidad perdida para resolver tu vida, tus continuos lamentos son para llamar la atención de aquellos que ya no puedes controlar y decidieron escapar de la negatividad que generas con esa actitud de ser un alma perdida.
Es tiempo de dejar atrás frustraciones, egoísmos y envidias, es tiempo de recuperar tu autoestima y la dignidad perdida que ayer enalteció tu vida, es tiempo de dejar atrás el fingido odio y despecho pues te asiste el derecho de recuperar la paz que tanto necesita tu espíritu.
Es tiempo de amarte a ti misma para que encuentres la forma de amar a los demás, es tiempo de dejar atrás la sentencia fingida que aseguras recibiste de quienes te han juzgado por haber abandonado tu voluntad y la libertad, para sentirte protegida en la prisión de la inseguridad.
Es tiempo de que tu fe sea verdadera y no sólo un compromiso social para darle una paz temporal a tu conciencia.
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