El día de ayer fui testigo de un debate extraordinario, en el que salieron a relucir los grandes temas de actualidad y en el que los participantes brindaron los mejores argumentos posibles, para poder llegar a conclusiones verdaderamente trascendentes para el desarrollo de este rincón de la patria.
El debate se llevó a cabo en una cantina de la localidad, muy cerca del barrio de la capilla, en una mesa de madera, con cinco sillas, de las cuales una permaneció siempre desocupada, por razones que nadie se atrevió a averiguar.
Y aunque se acaloraron en determinado momento los comentarios, no fue necesario sacar a nadie del templo de Baco, pues ninguno de los participantes profirió amenazas cumplidas.
Obvio es decir que los aldeanos sedientos, se sentían realmente enfurecidos por las medidas acertadas del Ayuntamiento de Matamoros, al permitir a las prostitutas exhibirse en el mismísimo centro histórico de la ciudad.
Pero entre cerveza y cerveza, y uno que otro tequila, Roberto “El Moretón”, Felipe “El Sacristán”, Paty “La Corcholata” y Beto “El Héroe Desconocido” trataban infructuosamente de ponerse de acuerdo en tan importante tema.
Roberto “El Moretón” fue el primero en inconformarse, pues consideró que la Secretaría del Ayuntamiento se excedió en sus funciones al dejar a la vista de todos a una que otra mariposilla por ahí.
Pero Felipe “El Sacristán” de inmediato le contestó que en verdad era una aberración que, a unas cuantas cuadras de su lugar de trabajo, o sea la Iglesia del Sagrado Corazón, se exhibieran almas tan perdidas y alejadas de la mano de Dios.
Paty “La Corcholata” haciendo un esfuerzo por sacarse el mazapán de la boca, imploraba desde su cuchitril, tan solo un poco de consideración para con las chicas que dedicaban su tiempo libre, o sea 24 horas, a ganarse el pan con el sudor de el de enfrente.
Mientras Beto “El Héroe desconocido”, se lamentaba de que en este tipo de acciones siempre resultaban perjudicadas las fuerzas laborales de menor ingreso per-cápita, y exhortaba a los debatientes a que viajaran a Ámsterdam para saber sobre la modernidad.
Pero “El Moretón”, visiblemente preocupado preguntó en voz alta. -¿Dónde queda Ámsterdam?.
Mientras “La Corcholata” abundó en los beneficios que esta fuente de ingresos brindaba, a aquellas féminas que, con su quehacer diario, lograban abatir los índices de desempleo que el gobierno federal padece.
Para esto “El Sacristán” ya había juntado sus manos y en una especie de ofertorio libaba con ansiedad la botella que mantenía sostenida sin dejar de sorber las ultimas gotas que contenía.
Me indignan los resultados, -dijo “El Moretón”- ya vieron lo que pasó el viernes, varios autobuses escolares pasaron por ahí en la tarde y todos los niños se pegaron a los cristales del autobús para ver con detenimiento lo que había detrás de las vitrinas.
“El Sacristán” dejó de beber y dijo: Creo que las suripantas ya han recibido quejas y amenazan con manifestarse desnudas en la plaza principal para que les sigan permitiendo ejercer el oficio más antiguo del mundo. Ojalá lo hagan de noche, porque de día no van a recibir apoyo de nadie.
Eso es lo que molesta, dijo “El Moretón”, si no hubieran cerrado todos los “Tables Dance” de la localidad entonces si valdría la pena el espectáculo, ¿te imaginas a la sudamericana aquella, como Dios la trajo al mundo y abrazada de la estatua de Miguel Hidalgo?
Ya te salió lo malinchista, espetó “La Corcholata”, a ver porque no te unes a los pochos que se andan manifestando en Brownsville.
A los únicos que he visto allá reunidos, son los que se visten de mujer y se juntan en la Marqueta, le contestó indignado “El Moretón”.
“El Héroe Desconocido” terció, -la verdad nos estamos alejando del tema, creo que son necesarias las conclusiones, yo opino que este barrio se vería muy desolado sin hombres, mujeres o demonios en las vitrinas.
Mientras “El Sacristán” comentaba en voz alta, – ¡Pues las futuras generaciones se lo van agradecer al presidente municipal! -.
No sé qué piense usted amigo lector, pero yo, que estuve desde la barra escuchando todos los comentarios, creo que estuvo EXTRAORDINARIO EL DEBATE.
Jorge Alberto Pérez González