Sé que no es correcto escribir sobre uno mismo, pero, pensé: si algunos políticos corruptos hacen sus Informes año tras año con singular desfachatez y gasto, que yo no pueda escribir algunos párrafos sobre mi paso por la Sindicatura en mi columna, sería una autocensura excesiva.
Y es que esta semana, recién salí del tercer (des) Informe de la administración 2018-2021 que encabezaron Xico y Pilar, me invadió la nostalgia al recordar la esperanza que tenía en el ‘18 de que hubiera un cambio real en Victoria, y sí lo hubo: empeoró la situación.
Por parte de la Segunda Sindicatura que representé, hice pública mi declaración “3de3”, fui el primer síndico en la historia en transparentar cuánto percibo en mi actividad profesional fuera del ejercicio político.
Presioné para que el resto de los miembros del ayuntamiento fueran transparentes en ese mismo sentido (incluido el alcalde, de hecho, en virtud de ese tema fue que iniciaron nuestras diferencias).
Bajo el ideal que postulo, de: ¿cómo esperar gobiernos transparentes si quienes los encabezan no lo son? No solo pedí transparencia personal sino que, en reiteradas ocasiones exigí que el portal de transparencia del Ayuntamiento estuviera a la altura de las buenas prácticas internacionales en la materia, pero sobre ese rubro y todo lo derivado a reducir la opacidad, jamás tuvo eco mi reproche.
Sostuve mis diferencias con el alcalde públicamente (a pesar de que había llegado al Cabildo en la planilla que él encabezaba), y no obstante las presiones que recibí desde los altos niveles del gobierno estatal por ello, me mantuve firme pues desde mi enfoque el presidente panista le estaba dando la espalda a Victoria. El tiempo me dio la razón.
Nótese que las diferencias políticas y de pensamiento que narro en el párrafo anterior y que hasta la fecha siguen vigentes, iniciaron desde el propio 2018 (a mediados de noviembre), es decir a 45 días de que Xico había asumido la alcaldía, digo, vale la pena precisar porque al paso de unos meses el individuo se habría convertido en una piñata política. Después ya cualquiera disentía, y hasta por conveniencia política más que por convicciones, como fue mi caso.
De facto, me convertí en la oposición del alcalde, me puse del lado de la gente, no del poder, aunque ello me costó hasta deteriorar severamente importantes amistades. Se dice fácil…
Me rehusé a aprobar el presupuesto 2019, toda vez que consideré no se habían tomado en cuenta las verdaderas necesidades de los victorenses, amén del desaseo político que había para encontrar consensos, por lo que estimé necesario exhibir los hechos burdos que ocurrían desde entonces.
Doné mi sueldo durante un año y medio para apoyar a muchísimos victorenses que lo necesitaban. Durante la época en que más impactó a la economía local la pandemia, entregué de corazón miles de despensas y apoyos diversos, sin presupuesto público. A los organismos de la sociedad civil, empresarios y voluntarios que me ayudaron con la campaña: “¡Superaremos esto juntos!”, muchas gracias.
Acusé en reiteradas ocasiones públicamente presuntos malos manejos (presumibles actos de corrupción), y desmentí ante la prensa las locuras que cínicamente declaraba el munícipe a los victorenses, como sobre aquellos supuestos 1000 millones que llegarían del “Banco Europeo”, y muchas más…
Acompañé votando a favor, la para mi única acción positiva de los 3 años, que fue destinar íntegramente el Fondo “FAIS” para tratar de aminorar el problema del agua.
Me siento orgulloso de, con mi voz, haber formado parte fundamental de la presión ejercida para precipitar la salida de Xico de la alcaldía, junto con algunos medios de comunicación como El Mercurio de Tamaulipas, y organismos de la sociedad civil como la COPARMEX, así como el reproche ciudadano generalizado en virtud del abandono total de los servicios públicos.
En la coyuntura de la salida de González Uresti, el Gobernador Cabeza de Vaca aprovechó para someter al Cabildo a su total merced y usando al Congreso del Estado impuso, vulnerando la autonomía del Ayuntamiento a la prima hermana de su esposa como alcaldesa sustituta de la capital.
Ante esto, fui el único miembro del Cabildo que voté en contra de aquél atropello en donde se imponía a Pilar Gómez alcaldesa sustituta, borrando la poquita dignidad que le quedaba al Cabildo capitalino.
En alcance, en representación de los victorenses presenté una Controversia Constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde demandé al Gobernador del Estado y al Congreso ante el Más Alto Tribunal del país, por vulnerar la autonomía del Ayuntamiento e inconstitucionalmente haber impuesto a una alcaldesa sustituta.
Entregué, en representación de los victorenses, un escrito a la COMAPA dirigido a la Presidenta del Consejo de Administración Pilar Gómez: “Ya basta de mafias del poder en la COMAPA Victoria”, donde exigí: ¿Por qué si sabía de todas las inconsistencias legales, así como el hecho de que quienes ocupaban las gerencias no estaban titulados, lo permitía?
Recibí a cambio de los tres párrafos anteriores y de dos años de ejercer mi Sindicatura como un auténtico representante popular, un hostigamiento a mi familia por parte del Estado, en particular lo más doloroso fue cuando sin reparo alguno dolosamente despojaron a la Lic. Manuela Aliyán, mi madre, de la Notaría Pública de la que era titular a pesar de ser una mujer íntegra, en toda la extensión de la palabra.
Soñé y luché por ser Alcalde de Victoria, después de haber sido un férreo y terco opositor al régimen panista, me registré como pre candidato a la presidencia municipal por MORENA.
Como puse en mis redes sociales hace días: Estoy por cerrar un ciclo en mi vida profesional y política, donde tuve la oportunidad de defender a cabalidad mis ideales, principios y valores, como Segundo Síndico de Victoria, capital de Tamaulipas, 2018-2021.
A los ciudadanos, ofrezco una disculpa por aquellas cosas que no pude concretar o cumplir, créanme: di todo de mí, y procuré ser congruente entre mi pensar y actuar, acorde a mis convicciones de honestidad, que conocen. Por las decisiones equivocadas que tomé, perdón. A mis compañeras y compañeros de Cabildo, ofrezco una disculpa también por las veces que, encerrado en mi proceder, falté a la apertura al diálogo, jamás hubo mala fe, esa reinó en otro lado. Mi aprecio y reconocimiento a los medios de comunicación que se atrevieron, por darme cobertura a pesar de la instrucción de censura por parte de los gobiernos estatal y municipal.
Agradezco profundamente a mi esposa y familia por su amor, respaldo y abrazo, especialmente a mi madre por resistir con valor y dignidad la embestida gubernamental; a quienes me rodean en el día a día por sus ideas, comprensión y paciencia; a mis amigos verdaderos, a mis maestros de vida, y de política, gracias por no soltarme, por estar, y por aparecer; a mis aliadas y aliados y a los miles de victorenses que como yo, llevan a Victoria en la piel, gracias por creer en mi.
Me iré con la frente en alto, viendo a los ojos a los victorenses, con mucho aprendizaje y con la madurez política suficiente para continuar en la lucha hasta que Victoria, Tamaulipas y México tengan la clase política que se merecen.
¡Estoy listo para lo que viene!