Por razones de trabajo hicimos recientemente una visita relámpago a Reynosa, desoyendo las recomendaciones de familiares y amigos, temerosos de que el viaje fuera interrumpido por delincuentes en la ruta.

Y nos arrepentimos de no haberles hecho caso no porque se cumplieran sus negros augurios, sino porque descubrimos con pesar que la cinta asfáltica federal está llena de hoyos, algunos de gran tamaño.

Es evidente el abandono que la dependencia del ramo, seguramente la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (si todavía se llama así), tiene a las carreteras, pues en todo el trayecto de poco más de 300 kilómetros, no vimos a ningún vehículo oficial echando siquiera tierrita en los pozos.

Es un riesgo terrible el que corren los automovilistas debido a que es latente el peligro de un accidente pues los neumáticos están expuestos a un golpeteo que pueden reventarlos, en algunos casos, hasta romper brazos de control, amortiguadores rótulas.

Se trata de una rúa federal cuyo mantenimiento corre a cargo del gobierno central, pero PERO en algunos tramos, confluye la competencia del gobierno estatal pero igual, les vale un cacahuate que estén hechas garras.

En alguna ocasión, le preguntamos a un presidente municipal por qué no arreglaba de plano los baches de las calles, pues taparlos con materiales superficiales solo alargaba el problema y se desperdiciaba el dinero.

Era un edil que pecaba de cínico o de ingenuo, pues hizo la confidencia de que era una minita de oro el presupuesto autorizado para el arreglo de calles, y no iba a desaprovecharlo.

Por cierto, en Ciudad Victoria se produce un enorme negocio paralelo, pues el concesionario del servicio de parquímetros usa aparatos medidores de tiempo viejos, obsoletos, con micas opacas, y muchos creen que están averiados y fuera de servicio.

Y caen en la trampa de no depositar monedas y luego se llevan la desagradable sorpresa de encontrar boletas de infracción pegadas al limpiabrisas, y trinando de coraje asisten a la oficina recaudadora abierta por el mañoso concesionario, para hacer el pago.

Negocio redondo, del que la tesorería municipal cobra un porcentaje.     

En otros temas, Makito y Cabeza de Vaca siguen siendo los villanos favoritos de la semana y sus detractores gozan subiendo a redes sociales trascendidos según los cuales, ambos habrían perdido sus candidaturas, por diferentes motivos.

Como se sabe, Carlos Peña Ortiz habría sido inhabilitado para ser candidato a la reelección, en tanto que Cabeza de Vaca habría recibido un golpazo por parte de la Contraloría tamaulipeca, que le impediría ser candidato a nada.

Los dos solo cosechan lo que sembraron, de tal manera que no se vale que quieran hacerse pasar como víctimas.

A propósito de engañifas, el traidor del PRI que ahora se ostenta como miembro distinguido del PAN, Oscar Almaraz Smer, hizo publicar en redes sociales una presunta encuesta donde él se puso a la cabeza de los prospectos a la presidencia municipal de la capital de Tamaulipas.

Para disimular la farsa, Almaraz se atribuyó solo tres puntos de ventaja sobre el presidente municipal Eduardo Gattas, que iría por la reelección, pero ni así le creen la patraña.

Los detractores de Oscar Almaraz Smer afirman que este siniestro personaje sabe que nunca ganaría una elección, pero que finge estar en la puja porque le sirve de pretexto para pasar la charola entre sus poderosos amigos a los que sirvió en el pasado.

Cumplen años la licenciada Karla Romero Peña, hijita del profesor César Romero Rodríguez, ya desaparecido. Hacían fiesta por partida doble pues ambos nacieron en la misma fecha.

También fue día de fiesta para el comunicador de Nuevo Laredo Juan Carlos Pérez Guerra, a quien le improvisaron una celebración en la redacción de El Mañana, con Ramón Cantú Deandar presente.

El ex diputado local de Valle Hermoso Enrique Dueñas Pérez acumuló otro año de experiencias, igual que Hugo Ramos Domínguez en Reynosa y Jesús, hijo del licenciado Jesús Arredondo.

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