El pasado no resulta serlo tanto, el recordar hechos que se significaron como sobresalientes en tu vida, te regresarán al tiempo y al espacio preciso para que vuelvas a vivirlos, pero gracias a la experiencia previa, ahora podrás tener la facultad de analizar los sucesos para dimensionar su verdadero impacto en tu mente.

¿Por qué se da el fenómeno? Porque nuestra percepción del significado del tiempo, se limita al hecho conceptual de que es una magnitud física que nos permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro.

¿A dónde se pretende llegar con esta presunta posibilidad que seguramente ya ha sido tratada en algún marco referencial científico sobre el espacio y el tiempo?

Ahí donde las posibilidades se vuelven teorías, se estudian y se procesan hasta confirmar una verdad que permaneció oculta a la mayoría, pero se hizo llegar mediante sueños a los que fueron seleccionados para develar los misterios.

“El espacio tiene tres dimensiones que han podido ser medidas y observadas: altura, anchura (o distancia) y profundidad, mientras que el tiempo una sola: la temporalidad, ya que la evolución de los eventos es en una sola dirección y un solo sentido: hacia el futuro”.

La física teórica supone que viajar en el tiempo es posible, pero hasta ahora no ha sido posible realizar estos viajes, de la manera que, incluso, los matemáticos impulsan para realizar dicha odisea, entonces si los hombres o mujeres considerados sabios aún no se han acercado al portal adecuado para realizar los viajes, ésto tal vez se deba a que lo que quieren transportar es al cuerpo físico y lo que en verdad siempre ha viajado es el espíritu.

Pero ¿qué poder es el que nos hace retroceder en el tiempo? Acaso la poca fe de los científicos no les ha permitido entender que solamente el poder de Dios es el único que nos permite ir y venir a través del tiempo y el espacio, porque para él no hay imposibles; por mi fe puedo asegurarles que yo he realizado viajes al pasado a través del portal de los sueños.

Es posible que todas las personas sueñen, pero hasta ahora, la falta de fe sólo les permite ver a estos viajes como “estados de la conciencia caracterizados por acontecimientos sensoriales, cognitivos y emocionales durante el sueño.

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