De los nueve contendientes por la dirigencia del Pri, no se hace uno. Ninguno de estos conoce estatutos de su partido. Mucho menos la mística, ni  han asumido los ideales y la misión de ese instituto, porque en los 80 años de fundado jamás se planteo la misión, porque la perspectiva de sus fundadores no consideraron la visión ejecutiva de esa organización. Por lo mismo no es ni será un ente productivo, sino lo contrario. Un hongo maligno que enferma su entorno de su sistema radicular.

En este sentido tenemos, que los años de priismo así como surgieron empresas, fueron las mismas que fueron llevadas a la quiebra por sus militantes tecnócratas, considerados distinguidos, por una militancia ignorante e ignorada por quienes conservan la hegemonía de ese instituto. Incapaces de alzar la voz, a cambio del trinquete.

Es un partido que parece caminar como las “coquetas” hacia donde está el trasero y echando tierra hacia tras. Es una obra que de la post revolución mexicana en proceso de extinción. Hoy gobierna 12 estados menos, que en 1988 cuando el primer presidente tecnócrata asumió la presidencia de la república, como fue Carlos Salinas de Gortari, en el marco de un proceso electoral amañado.

Que representa ligeramente menos del total de las entidades de la república mexicana pertenecientes al convenio para la creación de la federación de estados. Los distintos indicadores señalan que las inercias de la sociedad mexicana, sobre todo los milenios, se perfilan para seguir rechazando las propuestas y perspectivas del partido tricolor. Lo grave es que el PRI no le llena el ojo a los milenios que se incorporan en cada proceso electoral a lista nominal. Aunque los milenios no se identifican, repudian e ignoran cualquier expresión y denominación partidista o corporativa.

|Aunque la máxima dice, que la experiencia no se improvisa, pero en el caso del tricolor, pareciera que la experiencia es la que enferma, contamina y descompone los nuevos cuadros de ese partido. Quizá por lo mismo las nuevas generaciones de priístas, no aportan nuevas metas ni tareas, mucho menos ejercicios para ganar la simpatía de los ciudadanos. Se ven sobrados, viven bajo un falso espejismo. Y tal parece que así continuaran. Sus procesos son enrarecidos y parecidos a las fiestas del Yonkipur, pero solo eso.

En cosas más interesantes, la secretaría de desarrollo económico y del empleo informó que en lo que va de este año se han generado más de 22 mil empleos formales y las expectativas para finales del 2017 se acerca a los 30 mil empleos formales. Dato duro que nada tiene que ver con los últimos dos años de la última administración priísta.

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca dijo ante los medios de comunicación, que es alentador -y debe serlo- para su administración, la generación relevante de empleos, que ciertamente falta muchos empleos más pero como decían nuestros ancestros de la post revolución mexicana, más se perdió en la guerra.

Vista en perspectiva la generación de empleos, en el 2015 se generaron 10,964 y el año anterior apenas se generaron 15,574 empleos formales. Y para atrás del 2015 lo mejor es ni ver las cifras, porque son patéticas. Por el cierre de empresas en las ciudades lo mismo que en el campo donde se desarrolla la actividad primaria.

Además, hay una actividad intensa en la región de la Cuenca de Burgos, así como en el ramo del turismo, que desde sus orígenes se ha considerado una industria sin chimenea, que activa las demás económicas. Y el resultado inmediato es mayor derrama económica, en las regiones donde se ubican los destinos turísticos.