¿En qué espacio y en qué tiempo te has sentido más feliz? Me preguntó mi nieto Emiliano, ayer cuando tenía 10 años y me acompañaba en una caminata por la tierra por donde caminé descalzo.

Le contesté: en el espacio en el que me sentía libre y en el tiempo en el que pude utilizar todos mis sentidos para integrarme en forma natural al entorno original. Pero abuelo, de eso han pasado ya seis décadas, no me explico por qué te empeñas en caminar por estas calles, que seguramente ya han cambiado.

No las calles son las mismas, aunque ahora no son de tierra, pues están cubiertas de cemento o asfaltos, detuve el paso y me senté sobre una gran piedra que estaba a la orilla y me dispuse a descalzar, mi nieto sorprendido, me preguntó por qué hacía eso y lo invité a que también se quitara los zapatos, lo que más que por obediencia, lo hizo por curiosidad; una vez descalzo le dije: pon mucha atención.

La tierra es una entidad viva, y si utilizamos todos nuestros sentidos podremos confirmarlo, cierra los ojos, procura guardar silencio y agudiza tus oídos, toma mis manos y ahora coloquemos nuestros pies sobre el pavimento imaginemos que son como el tallo de un árbol, piensa que sus plantas emergen raíces que van horadando la tierra para incorporarse a ella, ahora empezaras a sentir como el latido del corazón del planeta late al mismo ritmo que tu corazón.

El niño seguía mis instrucciones de una manera solemne, supuse que con ello validaría lo que yo le aseguraba era verdad; pasaron un par de minutos y mi nieto exclamó: Tienes razón abuelo, ¡puedo sentir los latidos de la tierra! Lo miré a los ojos y le pregunté: ¿En verdad los sentiste? ¿Por qué lo dudas abuelo? respondió Emiliano. Porque sé que me amas y no quieres contradecirme, más con ello queda una enseñanza, habrá cosas que tú deberás de descubrir por ti mismo, sólo así podrás dar constancia de ello, lo mismo pasará con las decisiones que tendrás que tomar para tu bien, pues es cierto que yo también te amo, pero tu corazón deberá palpitar por sí mismo, porque solamente él te girará por el camino correcto y te dará la satisfacción personal que en un espacio y tiempo de tu vida necesitarás para forjar tu destino.

Ahora caminemos hacia aquel árbol que fue testigo de nuestro encuentro, te tomaré una foto porque, así como él te gana en altura, tú serás aún más grande que él, si tu corazón permanece puro.

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