El sobrepeso y la obesidad en la niñez son importante problema de salud pública, incluso en países de bajo y mediano ingreso, donde la transición a Enfermedad Crónica No Transmisible (ECNT) gana terreno en los últimos años. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud la tasa de prevalencia de sobrepeso y obesidad en América Latina es del 25% en niños y adolescentes y México es número uno en el mundo.
¿Cómo acotar la Obesidad?, si comer es tan rico, una delicia, un placer, pues que la población conozca las características de los alimentos y su efecto en el cuerpo para que esté en condición de elegir entre los alimentos y bebidas a su alcance. El Vínculo comida procesada/obesidad es real. El consumo de alimento y bebida no saludable genera aumento de peso y obesidad con relación directa de riesgo de Diabetes y enfermedad cardiovascular al incrementar el riesgo de alteración metabólica y enfermedad crónico-degenerativa no transmisible (cardiopatía o diabetes) durante el curso de la vida. Esta obesidad requiere respuesta amplia que considere el entorno obesogénico y el curso de vida para bajar la tasa desde la infancia.
La política de respuesta requiere desarrollar política pública que refuerce el sistema alimenticio en la provisión y promoción de dieta saludable a través de desarrollar guías alimentarias por grupo de edad para mejorar la práctica alimenticia; desarrollare campaña social y pública para regular el mercadeo de alimentos y bebidas para mejorar las normas sociales con relación al crecimiento saludable del niño, publicitar alimento y bebida saludable, favoreciendo su producción y comercialización para que el costo sea accesible a la población en general y lograr el cambio de hábito alimentario.
Crear un entorno favorable que promueva la actividad física desde la primera infancia, que la actividad física sea un hábito de la población, es imprescindible. Otro componente clave es regular el etiquetado en alimento y bebida procesados dirigido a niños y adolescentes, consumidores más informados cambian hábitos y toman decisiones responsables al escoger un producto. Es necesario acompañar cualquier acción sobre etiquetado con una acción básica humana personal y social, educación continua de la población para influenciar elecciones saludables.
Un reto a modificar es que hay etiquetados que no declaran “azúcar añadido”, que se asocia al sobrepeso, obesidad y ECNT, como la diabetes, cuando su consumo es excesivo. El etiquetado como estrategia de salud pública ayuda al consumidor a elegir alimento y bebida industrializada saludable, de manera sencilla y rápida.
Para implementar el etiquetado se exige efectividad, que sea simple, consistente, llamativo, de interpretación fácil. Se propone un etiquetado para grupo vulnerable (menor nivel de educación y socioeconómico) simple, que no exija habilidad matemática, que tome poco tiempo para interpretar y que sea consistente.
El etiquetado debe ser elaborado con evidencia científica por instituciones que no tengan conflicto de interés; debe incluir los diferentes elementos del empaque de alimentos y bebidas, y debe ir acompañado de una campaña educativa continua que asegure su sustentabilidad.

Epidemia
El sobrepeso y la obesidad en la niñez son importante problema de salud pública, incluso en países de bajo y…