Revisando los mensajes de Twitter, me encontré una encuesta realizada por el periodista de La Jornada, Enrique Galván Ochoa, donde cuestiona “Cómo te pinta 2023? ¿Tu estado de ánimo? ¿Tu economía? ¿Sentimentalmente?” y analizando los resultados obtenidos, pude percatarme de algo muy importante.
A unos días de haber vivido y disfrutado de lasvacaciones de invierno, de reencontrarnos con nuestra familia y nuestras tradiciones, el 85% de los mexicanos nos sentimos optimistas ante la llegada del nuevo año, y me preguntaba si esto no sería consecuencia de todas esas emociones vividas.
¿Cuántos abrazos recibimos, cuántos dimos, cuántas frases de buenos deseos escuchamos y cuántas más pronunciamos, cuántos regalos recibimos y cuántos entregamos, cuánto tiempo pasamos cerca de nuestros hijos, o nuestros padres, hermanos, sobrinos, tíos; de cuánta energía, o como dicen los más jóvenes, de cuánta vibra nos contagiamos en la convivencia armoniosa, con aquéllos que solo en Navidad o Año Nuevo podemos ver?
Participamos en equipo, preparando todo lo necesario para el festejo, colaborando de la mejor manera y con la mayor disposición de apoyar en todo lo necesario para que todo saliera bien, con toda la actitud y con la mayor voluntad y desinterés.
Nuestro aguinaldo se nos hizo poco, para acudir en busca de los pequeños o grandes detalles que fueron parte del intercambio de regalos, en ese afán de dar lo mejor de nosotros mismos, olvidando por un momento las deudas y permitiéndonos el placer de pensar en los demás antes que en nosotros mismos.
Hemos compartido nuestro tiempo y sin prisa,pudimos escuchar de las experiencias y nuevos aprendizajes en familia; de las alegrías vividas y decómo fueron superados los contratiempos, y nos pusimos al día de las noticias de quienes no puedieron estar presentes.
Tomar conciencia de todo lo vivido en apenas unos cuantos días, me lleva a razonar la importancia de la convivencia familiar y del descanso, de la cercanía con nuestros seres queridos como fuente delentusiasmo que acompaña nuestra vida y de cuánto nos favorece alejarnos por un tiempo de lassituaciones estresantes del trabajo donde nos ahogala rutina, y sin apenas darnos cuenta, nos absorbe haciendo que poco a poco, los vayamos dejando de lado.
El amor de nuestra familia nos conforta y nos da seguridad, nos permite tener visión de futuro, aspiraciones y capacidad creadora; somos ingeniosos y aprendemos a resolver de forma espontánea cualquier situación, porque nos inspira, nos motiva y nos exige superar los miedos de lo porvenir.
Sentirnos amados nos llena de energía y vitalidad, nos envuelve en una paz que conforta el alma y nos permite vivir en armonía. Nos hace creer en nosotros mismos, sentirnos capaces de alcanzar metas y objetivos, de construir y trascender. Hace que surja lo mejor que tenemos para dar y compartir.
Es con la ilusión de formar una familia que surgen nuestros más grandes proyectos y se generan las acciones más positivas, dando sentido y razón. Es con ella que renace la esperanza y la fe en el futuro.
Es el contacto humano más cercano que podemos sentir. La caricia de nuestros padres, de nuestros hijos, de nuestra pareja. Las palabras de aliento más esperadas, y más motivadoras son las expresadaspor ellos, son la gasolina que impulsa a diario nuestros mayores esfuerzos.
Es, sin duda, la fuente del entusiasmo que nos llena de felicidad y nos permite vivir plenamente con una buena disposición para enfrentar los desafíos que nos depara este 2023. Lo que nos llevará a explorary descubrir nuevas experiencias manteniendo la ilusión y la curiosidad por emprender.
Como expresaba Aldous Huxley, autor de una de las distopías más famosas del siglo XX, Un Mundo Feliz, “El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo”.
Separarnos de la queja y el conformismo, de la crítica y del enfoque negativo que sólo pone énfasisen los errores de los demás, evitando a toda costa volver la vista hacia nosotros mismos, tal vez nos ayude a mantener por más tiempo este sentimiento tan motivador, y se convierta en nuestro compañero de viaje, que despierte en nosotros una actitud que nos haga más ligera la carga y nos permita afrontar con entereza las situaciones que sin duda habrán de venir.
Mis mejores deseos para este año 2023. Una nueva oportunidad para tender puentes de comunicación y resolver los más grandes desafíos.
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