El gobernador Cabeza de Vaca considera que Tamaulipas será entidad líder del país en la generación de energía limpia, con el apoyo de Vestas, empresa número uno mundial en la fabricación de aerogeneradores para producir energía eólica. La compañía de capital danés invertirá mil 500 millones de pesos en la primera fase para abrir dos líneas de producción de aspas en el municipio de Matamoros, con proyección de ampliarlas de 8 a 10 en los próximos cinco años.

Tamaulipas será un estado reconocido mundialmente en la generación de fuentes de energía renovables. “Por parte de mi Gobierno iremos a donde se requiera para traer las inversiones y generar energía limpia y barata que permite aumentar la producción de Tamaulipas y bienestar a los tamaulipecos. 

En siete años más, México deberá generar 35% de energía limpia y Tamaulipas será el estado que más contribuya en este objetivo. ¿Por qué energía eólica?

Los efectos negativos del cambio climático global y llegar al tope de la producción mundial de petróleo, energía eólica es la medida óptima para reducir  emisiones de gas efecto invernadero; reemplazar uso energético de petróleo; crear empleos “verdes”; suministrar energía eléctrica a zonas rurales y marginadas y garantizar seguridad energética ante la volatilidad del precio del petróleo. Es la más vendida por potencia instalada (Mega Wolts), energía generada y la de mayor crecimiento.

Dos factores determinan si es viable parque: aprovechamiento y emplazamiento, y costo total. El aprovechamiento de la energía depende de la orografía y de la velocidad y dirección del viento. Para que se establezca debe cumplirse con dos requisitos: evaluar el terreno y medición del viento; y más de 2 000 horas de producción eólica; respeto a la avifauna (migración de aves); a más de un kilómetro de área urbana por contaminación acústica del parque; instalarse en suelo no urbanizable; no interferir con señales electromagnéticas (señales de TV, radio, telefonía se ven perjudicadas de no instalar dispositivos que lo eviten)

Los costos son de inversión, principalmente turbinas; de su capital de instalación; de operación y mantenimiento;  y planeación. 76% del costo se relaciona con las turbinas, las bases, equipo eléctrico, cableado. La turbina representa  ventaja con el uso de combustible fósil (en una planta de gas natural, 40 a 70% de los costos se relacionan con combustible, costos de operación y mantenimiento) La energía eólica no utiliza combustible, así que el costo de producción en 20 a 25 años de vida de una turbina se estima con exactitud. El 9% es costos del tendido eléctrico; 7%  costo de las bases; renta de la tierra 4%, y demás componentes (sistemas de control, instalaciones, consultorías, caminos y costos financieros) 1.5%.

China es el mayor productor de energía eólica con 45 GW en 80 parques. Planea  cumplir con la demanda del país para 2030. Estados Unidos, segundo país con 43 GW en 103 parques. Alemania, tercer lugar con  28 GW, cubre 9% de la demanda con 22 mil turbinas. España cubre 16% de la demanda con 21 GW, tercera fuente energética del país. India, quinto lugar con 14 GW, cubre 1.6% de la demanda. En América Latina, Brasil es el más avanzado con 140 000 MW, seguido por México con 40 000 MW.

El Banco Interamericano de Desarrollo apoya con créditos blandos  la expansión de energía eólica. El Consejo Mundial para la Energía Eólica establece que para 2025 más de la tercera parte de la energía que se consuma en el planeta la genere el viento. El gobierno mexicano diseñó un programa para construir plantas  en dos zonas: la costa noreste (Tamaulipas) y el istmo de Tehuantepec (Oaxaca) 

Los principales impactos son: conflicto por la propiedad de la tierra,  degradación de la calidad del paisaje, generación de ruido aerodinámico y mecánico. Es vital que los estudios oficiales de impacto ambiental de los parques eólicos  tomen en cuenta estos factores para evitar conflictos posteriores.