1.- Nadie tiene duda de que Xóchitl Gálvez viene pisando fuerte rumbo a la precampaña y lo que sigue, por eso desde ahora y en un lapso que debiera ser una pausa político-electoral, se emprenderá la más feroz de las luchas para abatirla antes de que las reglas de la Ley Electoral, frene la andanada de misiles y de todo lo que pueda echar mano el adversario guinda, que se veía como único triunfador en los comicios de 2024.

Sin ir más lejos la diputada federal de Morena, Irma Juan Carlos, de origen oaxaqueño, arremetió contra la virtual candidata del FAM (Frente Amplio por México), desde la tribuna la acusó de “impostora” y de “no representar a las mujeres indígenas, porque no siente el cariño por los pueblos, y de no saber lo que es sufrir”.

Hasta ahí nada que merezca turnarse a una fiscalía, pero, cuidado con lo siguiente: “Te enriqueciste con los recursos que eran para los pueblos y nos vienes a decir que tienes esa riqueza porque vendiste gelatinas”.

Son argumentos con claro fondo político y desde luego sin aportar ninguna prueba. Xóchitl se encuentra en la disyuntiva, entre ser tolerante, o frenar de un tajo estas acusaciones porque el que acusa tiene que tener elementos probatorios, de no ser así difama.

Gálvez no se va a quedar callada, y va a responsabilizar en el discurso de manera directa o indirecta, al autor o autores intelectuales de estas acusaciones, que tienen claro sentido de frenar el impulso que trae la candidata del FAM.

El adversario de Xóchitl no es pequeño, pero no parece haber aprendido, que con estas estrategias combativas, lo único que hace es darle mayor crecimiento a ella.

2.- La senadora Gálvez sacará el mejor provecho si se mantiene como hasta ahora, dejándose querer por las clases populares, facilitando el entendimiento con el sector empresarial y con los partidos políticos, que si bien su hechura no proviene de ninguno de los que conforman el Frente Amplio por México, ninguno puede decir que ellos la inventaron, ni siquiera el PAN, todos saben que la carta en la manga azul era Santiago Creel.

Si examinamos el clima previo a la elección de la candidatura por el bloque del PAN-PRI-PRD, veremos que en el millón de firmas logradas por Xóchitl fue mayoritariamente el apoyo ciudadano el que le entregó su confianza, además de un bloque de Acción Nacional.

Los signos que se manifiestan desde ahora, presagian que a los votantes ya no les convencen los personajes con trayectoria, quedaron fuera los ex gobernantes fue el caso de Miguel Ángel Mancera que estuvo en el enorme escaparate que representa conducir los destinos de la Cd. de México. Y es  el mismo caso de Silvano Aureoles, ex gobernador de Michoacán, ambos de la izquierda perredista.

Efectivamente Gálvez es senadora por el Partido Acción Nacional, pero la opción de este partido, ya lo dijimos, era Creel, el ex secretario de Gobernación en el foxismo.

No está de más recordar que en las elecciones federales de 2018, Xóchitl participó como candidata a senadora de la República por la Ciudad de México en fórmula con Emilio Álvarez Icaza en Por México al Frente integrado por el PAN, MC y PRD.

De tal manera que esa pluralidad la hace diferente, e independiente, por lo menos no se le puede ver como una carta propiedad de un partido en particular aunque participó en la contienda constitucional y actualmente es senadora por Acción Nacional.

La circunstancia para 2024, es que el FAM promete desde ahora una contienda electoral presidencial altamente competitiva, y que estará dando la batalla a la virtual candidata de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, y hay preocupación desde ahora en la corriente guinda, por eso la campaña que ha iniciado para desacreditar a Gálvez Ruiz.