En México se proyecta la mega elección del 2024, la cual será sin duda, la madre de todas las elecciones para obtener la consolidación del proyecto histórico de la 4ª Transformación o para truncarlo. El gobierno federal, las cámaras legislativas, todos los ayuntamientos y 9 gobiernos estatales estarán en la disputa por el último tramo de la tercera década del siglo 21.
Las fuerzas obradoristas van por la presidencia de la república y la mayoría constitucional en las cámaras legislativas; las fuerzas conservadoras harán lo que puedan por bloquear y sabotear los cambios impulsados por AMLO y recuperar el gobierno federal y las gubernaturas que se disputarán en menos de un año e intentarán cerrar el paso a morena en el poder legislativo.
Las posibilidades de cada fuerza dependerán de varios factores, principalmente de la capacidad que hayan demostrado para cumplir al electorado los compromisos asumidos en campaña y realizados siendo gobierno, el pueblo ha tomado conciencia de su poder para “poner y quitar”, es por tanto a la ciudadanía a la que se requiere convencer, con hechos, no con discursos.
Por eso Andrés Manuel López Obrador tiene la fuerza que exhibe en cada encuesta y en cada elección, porque se ha esmerado cada día en informar y demostrar que cumple sus compromisos: las inversiones en energía e infraestructura para que progresen los pueblos del sur; asegurar mejoras en los ingresos de los trabajadores y productores del campo, amén de los programas masivos de bienestar.
Por su parte, los opositores han intentado sabotear el proyecto transformador de AMLO por todos los medios de comunicación de masas que dominan, retorciendo la información; utilizando a sus representantes en los mal llamados “organismos autónomos” y sobre todo, mediante amparos obsequiados por los jueces incondicionales.
Los resultados de esa confrontación se han mostrado en las elecciones y encuestas recientes, en las que, sin lugar a duda, el movimiento de regeneración nacional, MORENA avanza y cada vez gobierna a mayor cantidad de estados y municipios del país, mientras que el PRI no ha podido mantener su hegemonía histórica.
Como ahora MORENA es gobierno en gran parte del territorio del centro y sur del país, además del noroeste y Tamaulipas, estará obligado en todos las entidades y ayuntamientos a su cargo a demostrar que cumple sus compromisos con el pueblo, aplicando tangiblemente el precepto político y administrativo de “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Quienes solo simulen mediáticamente, por nómina de publicistas, faltarán doblemente a los principios políticos de AMLO de “no mentir, no robar y no traicionar”. Pues si desvían recursos públicos para promoverse políticamente, cometen falta, ya que es una modalidad del peculado descrito en el código penal, además de faltar a sus compromisos reales con la ciudadanía que carece hasta de un medio propio de transporte.
Gobernar también es administrar los recursos públicos, los gobiernos de morena, sobre todo los que esperan el respaldo popular para reelegirse, deberán de responder ante el electorado ¿qué porcentaje de los recursos públicos son asignados para el bienestar de los pobres que habitan las colonias populares,quienes constituyen el 80% de la base social y electoral de los representantes de la 4ª Transformación en los ayuntamientos.
Si la selección de los candidatos para las elecciones será mediante encuestas auténticas como las que ha ofrecido AMLO, lo cual yo creo que son serias y consistentes, los reeleccionistas tendrán solo este año para demostrar que son realmente populares en los hechos, en las obras, en los servicios públicos, sobre todo en la dotación de agua, iluminación, recolección de basura y pavimentación de las calles por las que transita el pueblo.
En las elecciones recientes se muestra la variación de la confianza y la voluntad popular del electorado, por ejemplo, en el caso del Estado de México, el PRI perdió 54,899 votos, el PAN perdió 189 mil votos, un 21% menos que en las votaciones del 2021 y el PRD se desinfló bajando casi un millón de votos desde que jugó de esquirol para darle el triunfo al PRI y a Del Mazo en el 2017, su votación cayó en más de un 83%, así que “el pueblo pone y el pueblo quita”.
En el caso de Coahuila también se pueden deducir el comportamiento variable del electorado, por ejemplo, el PRI creció en 192 mil votos más que en el 2017, mientras que el PAN redujo su votación en 298 mil votos, mismos que capitalizó morena con un incremento de 128 mil y el PT con 154 mil más que en la elección de gobernador del 2017.
Para concluir, podemos observar los resultados de las elecciones de este año en Tamaulipas para elegir el senador, comparado con los resultados previos del 2021, el PAN-PRI perdió un 24% de la votación total. Y si comparamos la variación de las votaciones para gobernador, el PAN/PRI se desplomó, perdieron 601 mil votos, por el contrario MORENA y sus aliados con el gobernador, Américo Villarreal Anaya, aumentaron la votación en seis años, en 690,400 votos y un incremento del 2.8% al 50.3% del total.
De tal forma que ahora MORENA concentra la representación de la mayoría del electorado en el gobierno estatal, el congreso y en los cabildos de las principales ciudades de Tamaulipas, en el 2024 se decidirá en favor de la consolidación de la 4ª Transformación en Tamaulipas y en México, pero no olvidemos que “el pueblo pone y el pueblo quita”.