En las elecciones de 2017 el PRI se dio cuenta de que su potente estructura en el Estado de México y en Coahuila estuvo a punto de colapsar, ambas entidades las ganaron por un margen mínimo, también debieron apreciar que ambas circunstancias se debieron a que sus candidatos a la gubernatura no tenían peso territorial, olían a imposición. Por eso ahora sus candidatos, sobre todos los que buscan una senaduría dejaron el confort de los salones alfombrados y con aire acondicionado, para salir a empolvarse el calzado, a construir la candidatura.
Además los procesos de fiscalización vigentes y obligaciones de transparencia no permite a los gobiernos justificar los costos de una estructura para apoyar a su partido. La política social adquirió otra apreciación, ya no se ve como una dádiva generosa que privilegiaba a cierto sector. Algunos candidatos priistas en el 2016 midieron mediante encuesta la efectividad de las despensas y encontraron que un 20 % de los beneficiados lo agradecían, mientras que el 80 % restante lo veían como una aportación adquirida con los impuestos de los ciudadanos y por lo tanto nada que agradecer a las siglas de un partido.
Esto originó que en los últimos años las herramientas y estrategias para ganar una campaña política dieron un vuelco total.
Con el agregado de que en diferentes países hubo exitosos resultados con el discurso de odio de los candidatos que encendieron a las masas, gritando lo que el ciudadano común no puede hacer, exhibir la corrupción de los gobernantes y su círculo cercano de poder. Y eso les ha dado muy buen resultado a López Obrador y en algún momento también a Ricardo Anaya hasta que apareció el pelo en la sopa, una bodega de 54 millones cuya sombra de sospecha no ha logrado desterrar de su horizonte.
La cuestión es que, así llegaron al primer debate sin hacer la tarea, sin propuestas decorosas. Hoy, después de una semana del acontecimiento, ya sin las influencias mediáticas de los pos-debates, el ciudadano común tiene claro que no se preocuparon por llevar un planteamiento responsable y de compromiso con los votantes.
Cuando los años pasen y sepulten los contenidos de este primer debate de 2018, lo recordarán principalmente por la puntada (que no propuesta) de Jaime Rodríguez El Bronco de cortar las manos a los funcionarios que roben. También será una referencia por ser la primera participación de los candidatos presidenciables independientes y para de contar. Así de pobre estuvo y así de pobre está la oferta electoral.
En esa tesitura Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés se desgañitaron machacando todos los días los actos protagonizados por delincuentes de cuello blanco y lo lamentable para José Antonio Meade, es que lleva sobre sus hombros una pesada loza de cosas en las que no está implicado, pero que van incluidas en el “paquete” que le entregaron junto con la candidatura.
El partido de las grandes batallas está desacreditado, y ellos lo saben, por eso eligieron a José Antonio Meade Kuribreña que no ostenta residencia lujosa, por el contrario viven en un departamento acorde a sus ingresos.
Pero eso no es todo, lo peor del caso es que el PRI rodeó a Meade de elementos ineptos que no son capaces de construir las oportunidades que el momento requiere y no han logrado sacar provecho de las fortalezas que tiene Meade, porque las tiene. Una inexperta como Tatiana Clouthier da respuestas más inteligentes y centradas que Enrique Ochoa y no la comparamos con Aurelio Nuño, porque este se encuentra prácticamente invisible.
En esas condiciones, Meade va contracorriente, suena incongruente pero le falta partido, un partido acreditado con principios mínimos, con operadores expertos y retirarle a sus adversarios que quisieran verlo caer, por el sólo hecho de haber sido el favorito.

RUMBO AL SENADO
Por lo que respecta a los candidatos en Tamaulipas, los del PRI al no tener un candidato nacional del cual colgarse, la impulsiva Yahleel Abdala Carmona, abanderada para el Senado, de plano toma la bandera de MORENA, y dice estar de acuerdo con suprimir sueldos a los Presidentes de la República, es una postura en busca del voto ciudadano, eso de alguna manera refleja quien es y cómo actuará en un momento dado.
Pero la postura de Yahleel nos dice que no encontró una propuesta más atractiva en la oferta de Meade.
Su oponente del Frente PAN-PRD-PMC, Ismael García Cabeza de Vaca arrancó la campaña con las propuestas de Anaya, la reducción del IVA fronterizo y el IBU (Ingreso Básico Universal), pero como ambas se ven poco realizables, ha creado su propia propuesta y sectorizada, de tal manera que de acuerdo al lugar o ciudadanos con los que va a promover su candidatura, es el tema y la propuesta y eso le está dando muy buenos resultados.
Esa misma fórmula es la que lleva a cabo el candidato del PRI al Senado de la República, Alejandro Guevara Cobos, que observa un conocimiento detallado del estado, sabe de sus necesidades y fortalezas y sobre eso trabaja su propuesta.
Este día Alejandro estará en Matamoros con motivo del Día del Trabajo, convivirá con la CTM; también sostendrá una reunión con empresario del municipio fronterizo y por la tarde tendrá un recorrido por colonias populares en busca de afianzar la confianza ciudadana.
Américo Villarreal Anaya, candidato a senador por MORENA va sobre los hombros de López Obrador y por eso el eje central de sus discurso es pro-AMLO, sin meterse a los conflictivos temas de la amnistía y de echar para atrás reformas como la energética, medida que de llevarse a cabo golpearía terriblemente los proyectos de desarrollo en la zona de Matamoros.
En cuanto al profesor Oscar Martín Ramos Salinas, candidato de Nueva Alianza a la Cámara Alta se le ve poco motivado y su propuesta de no confrontación y en cambio sumar propuestas con sus competidores en aras de integrar iniciativas que satisfagan las demandas ciudadanas, es una posición “color de rosa” que sólo se puede concretar en la arena legislativa, pero en campaña hay que dar la batalla y combatir al adversario, no se trata de verlo como enemigo, son circunstancias del momento.
Por lo que respecta al candidato al Senado por el PVEM, Patricio King, sigue sumando voluntades en sus recorridos, los más recientes en Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y Victoria. Él va sin alianzas en lo local, pero en sus mensaje pide el voto para José Antonio Meade con quien van en coalición por la Presidencia de la República.
Es el panorama electoral a grosso modo.