La migración hacia EE. UU., es un negocio ilegal de miles de millones de dólares. Inicia desde el éxodo del migrante que se ve obligado a dejar una derrama que en la mayoría de las ocasiones significa todo su capital, con tal de establecerse en EE. UU., y obtener trabajo. Para ello debe sortear con éxito las bandas criminales y la extorsión en México, en EE. UU., la vigilancia migratoria y patrones que esclavizan en el campo. Los que se establecen en las ciudades enfrentan salarios más bajos, discriminación racial y por supuesto violencia.

El peso económico latino en EE. UU., es de potencia mundial. Su contribución suma 2 billones 750 mil millones de dólares en 2020, lo que le permite ser la séptima economía del mundo, de acuerdo con el Informe PIB Latino: “El poder de una comunidad en cifras”. El estudio de la Universidad de California exhibe, con cifras para 2019, que la magnitud de lo producido por esta comunidad creció 3% promedio en una década, un punto porcentual más que la tasa general de la economía de EE. UU., superado por India y China, que rondan 7%.

En un entorno en que la actitud anti migrante se extiende, el documento presentado en México por David Hayes-Bautista, coautor, muestra que en los pasados 2 años, el crecimiento del PIB latino fue en promedio de 5.63%, el doble de la tasa de la economía EE. UU. En una década, la producción de la población de origen latino creció 57% más rápido que el PIB general de ese país y representa la décima parte de la economía más grande del mundo y prácticamente el doble de la mexicana.

Si los latinos en EE. UU., fueran un país independiente, el PIB latino de EE. UU., estaría empatado con el séptimo mayor del mundo (datos 2019) Cálculos 2020 indican que se encuentra arriba de Francia, Italia, Brasil y Canadá. La producción económica de los latinos en EE. UU., fue de 2 billones 700 mil millones de dólares en 2019, por encima de los 2 billones 100 mil millones de 2015, y del billón 700 mil millones de dólares en 2010. Aumentó en un billón de dólares en una década.

El estudio recalca que la producción de latinos es motor de crecimiento y amplia base de apoyo para la economía de EE. UU. En la educación y la sanidad se encuentra 16.4%; le siguen servicios profesionales y empresariales con 12% y el sector financiero e inmobiliario con 9.3%. El consumo de esta comunidad, un billón 850 millones de dólares, es idéntico en tamaño a la economía de Texas. De 2010-19, el consumo de los latinos creció 123% más rápido que el de los no latinos, impulsado por ganancias en los ingresos personales, que se derivan de las rápidas ganancias en el logro educativo y la fuerte participación en la fuerza laboral. De acuerdo con el más reciente censo de EE. UU., hay 62 millones de hispanos, que representan 19% de la población; seis de cada 10 son mexicanos.