Históricamente, con las actuales condiciones económicas, México está a un paso de la devaluación del peso. Gasto sin ningún tipo de control, incremento de la deuda interna y externa que con Calderón fue de 18% y con López llega a 50%, ambos sujetos al presidente en turno, gasto en obras que no dan retorno económico para su sostenimiento, crecimiento del gasto en acciones Bienestar, también al gusto del presidente, escaso crecimiento económico, inflación que se extiende en el tiempo, son ingredientes que apuntan a una devaluación

La fortaleza del peso mexicano sigue y alcanzó el nivel de la administración de Peña llegando a $16.46 por dólar. Para comprender esta dicotomía económica se debe entender que el precio del dólar se determina como todo bien en cualquier mercado, a través de la oferta y demanda de divisas. El dólar está bajando porque aumenta la oferta de dólares, porque está bajando la demanda, o ambas.

La cifra de la balanza de pagos, registro de entradas y salidas de dólares, ayuda a entender cómo funciona este mecanismo. En 2023, el país sumó entradas y salidas de divisas a través de dos grandes cuentas: la cuenta corriente de la balanza de pagos y la cuenta financiera neta de activos de reserva.

La cuenta corriente, entrada y salida de divisas por la compra-venta de mercancías y servicios al exterior y el ingreso neto del exterior (remesas), mostró déficit de 5,716 millones de dólares (md) La cuenta financiera (entrada y salida de recursos través de la inversión extranjera directa e inversión en cartera y deuda), sumó superávit de 19,607 (md) El superávit de la cuenta financió el déficit de la cuenta de la balanza de pagos, el resto, acumuló reservas internacionales por 13,270 (md)

Es la combinación entre reducido déficit en la cuenta corriente de pagos y elevado superávit en la cuenta financiera, lo que explica al super peso. El superávit en la cuenta financiera obedeció al incremento de la inversión extranjera directa de 29,629 (md) La apreciación del peso 2023 y en este año, obedece a la mejoría en la balanza comercial de mercancías no petroleras, disminución en las importaciones de crudo, aumento de las remesas de los trabajadores mexicanos en el exterior y mayor flujo de la inversión extranjera directa.

La inversión extranjera en bonos mexicanos no se ve incentivada por el alza en las tasas de interés dejando en duda la efectividad de uno de los pocos canales de la política monetaria mexicana. Aunque parece que es un éxito no logrado tiene una ventaja, es mínimo el riesgo de que el capital golondrino migre golpeando la cuenta financiera llevando a una devaluación del peso, como históricamente sucedía.