El rigor con el que trataron las redes sociales el asunto de la liberación del precio de las gasolinas dio mucho en que pensar, no es común que un asunto de tanto escándalo permanezca activo y sin respuestas, asumiendo con paciencia de monje tibetano, todos los señalamientos absurdos y permitiendo la especulación con el carburante, sin que haya autoridad alguna que interviniera y explicara.

Este tema y sus consecuencias fueron expuestos por el entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray desde diciembre del 2015, en una rueda de prensa que explicó a detalle el procedimiento a seguir y la liberación de los precios, además de la impostergable posibilidad de importar libremente las gasolinas.

En aquel entonces, finales del 2016, todo se desvió a la posibilidad de ver en el panorama citadino grandes letreros de Exxon, Shell o Texaco, sin que se tomara en cuenta para nada, el deslizamiento del precio del dólar ni hasta donde llegaría.

Liberar el precio de las gasolinas significaba dejarlo bajo el amparo exclusivo de la ley de la oferta y la demanda, lamentablemente nadie entendió en aquel entonces que el precio internacional de la gasolina se tasaba en dólares.

Durante el anterior sexenio a esa declaración, causaron escándalo los precios cambiantes que sufrió el carburante, motivado siempre por la depreciación de la moneda, que, si bien no fue tan brusco como en ese sexenio, si causaron escándalo mediático para el gobierno de Felipe Calderón, muchas campañas políticas se soportaron precisamente en el tema de los “gasolinazos”.

La explicación de la Secretaría de Hacienda en su paquete Económico 2016 fue muy clara; “Como parte de la transición hacia un mercado completamente liberalizado para los combustibles, como el que se observa en la mayoría de los países del mundo, se propone que en 2016 los precios máximos puedan comenzar a fluctuar de forma consistente con su referencia internacional”.

Como siempre a sucedido no hubo sorpresas, solo sorprendidos y la mayoría fueron aquellos que, bajo perfiles falsos, operan redes sociales con la intención de provocar rencor político contra quien consideran responsable, para llevar agua a su molino desde luego.

Lo curioso ahora es que no hubo respuesta, no hubo acciones de contención, no hubo estrategia ni mucho menos justificaciones y eso es lo que permitió intuir que tal vez se daba el caso del inicio de un proyecto comercial ilegal al amparo del Poder.

¿Qué datos se ocultaron ante la sociedad en general que provocaron escándalo en las redes sociales? ¿Qué encuestas fueron consultadas como para dejar crecer el encono?

Entonces corrieron como reguero de pólvora en las redes sociales, las grabaciones de instrucciones para bloquear las autopistas a la CDMX, parecían ser agitadores quienes se expresaban, otros parecían ser transportistas y otros más, hablaron de que la revolución había comenzado, incluso invitaban a bloquear los puentes internacionales en la frontera con USA.

Mientras todo esto sucedía, el gobierno federal permanecía callado, la Secretaría de Gobernación no se daba por enterada y todos seguimos entretenidos en el fin de año, sin esperanza alguna de que mejoren las cosas.

Mal augurio para aquel 2017 que comenzaba, hubo quien incluso consideraba de mal gusto desear felicidades en el año por venir, por pensar que es burla cualquier comentario de buenos deseos.

El problema no era la inconformidad que tenía ya muchos años, el problema verdadero era la tardanza en las respuestas, pues los acaparadores de gasolina debieron ser perseguidos, los alcances de la liberalización de precios debieron ser explicados y los fuegos pirotécnicos debieron ser atendidos, pero nada de esto sucedió y la impotencia y el enojo llegaron a su máxima expresión.

Cuando el Gobierno se queda callado, es factible pensar en la posibilidad a mediano plazo, de un caldo de cultivo para una revuelta social, pero al paso de los años, la sociedad entera se percató, de que ese fue,  EL ORIGEN DEL HUACHICOL FISCAL

 

 

Jorge Alberto Pérez González

 

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