En la víspera del aniversario 215 de nuestra independencia, el Secretario de Seguridad Pública anunció una gran noticia para los mexicanos, la detención de Hernán Bermúdez Requena, líder del grupo criminal “La Barredora”
Hago énfasis en que es una gran noticia, porque no es común que en este país haya golpes que alienten o ilusionen con que sí es posible reducir los altos índices de impunidad imperantes.
Y ésta captura, sin duda registra la intención real del Estado por retomar el control del país, ponerse por encima de los criminales y perseguirlos en aras de salvaguardar la paz y garantizar la seguridad ciudadana, deber constitucional del gobierno.
La comentocracia especula —y tal vez le asista la razón—, que se trata de un duelo político entre los protagonistas del gobierno entrante y los actores más preponderantes del lopezobradorismo; lo cierto es que no debe importar si ese es el marco o no, lo relevante es que no cesen las acciones de cero tolerancia a la corrupción que ha emprendido la Presidenta Sheinbaum a través de su brazo derecho Omar García Harfuch.
Porque luchas intrapartidarias siempre habrá, es normal en el ajedrez de la búsqueda del poder, pero si éstas sirven para elevar la voluntad política, combatir al crimen y disminuir la inseguridad: bienvenidas sean más pugnas por el poder político.
En fin, detención patriótica es no solo por la fecha, sino por la sustancia: deben estar tras las rejas todos los que lastimen el patrimonio nacional y la seguridad ciudadana. Ojalá vengan más, sin importar la fecha, el personaje y la situación política del momento.