Es increíble la forma en que se conduce quien gobierna una nación, y para ejemplos, tenemos que en nuestro México ocurren las más grandes barbaridades posibles sin que nada ni nadie asuma una postura digna y honorable.
Duele, sinceramente, ver la apatía de quienes han jurado cumplir y hacer cumplir las leyes, y quienes, legalmente o no, deben conducirse con honestidad, con ética y principios de una decencia que los políticos en general no ocupan, no conocen siquiera, pero que quieren comprar con parte de lo que han hecho de capital a base de conductas poco claras y poco honestas.
Ricardo Monreal, quien ahora cobra como senador, defiende al gobernador de Chiapas en su afán por disfrutar de una licencia en un paraje nada claro:
El mandatario es gobernador, luego, pide licencia y es su propio sustituto, pero es senador, para lo que pide licencia mientras termina su encargo, y dice el desvergonzado que es por la patria.
Como si Chiapas estuviera boyante: es una entidad que tiene las más grandes miserias de nuestro país.
Dicen los que entienden de leyes que nadie puede tener dos cargos de elección popular, y Velasco los tiene: gobernador y senador, por lo que legalmente está impedido, y la misma ley le confiere el derecho de decidir el cargo en el que puede o debe seguir, y renunciar al otro (no pedir licencia, sino renunciar; no tendría por qué volver, porque el eligió ser gobernador para tapar us irregularidades manifiestas.
Al tiempo vamos:; no tarda en regresar al Sendo, amparado por aquellos a quienes compró con el precio de ganga de cinco legisladores verdes a cambio de la autorización para el trámite.
Los legisladores se vendieron como esclavos o como hetairas: al mejor postor. Y ahora tendrán la mayoría en el Congreso, lo que significa que cuanta ocurrencia salga de uno de éstos o del Ejecutivo, la pueden avalar sin tener que someter a votación con otros partidos: la dictadura manifiesta que muchos temíamos que sucediera.
Y luego, un agitador profesional como Fernando González Noroña, desconocedor de la ley y con ánimos de reventar todo cuanto exista, ha hecho ya del Congreso su ring personal para enfrentarse a lo que se mueva, en una muestra de lo que se puede hacer cuando a un tipo que nunca ha sabido lo que son los frijoles calientitos se le da poder y fuero: Noroña no es la primera vez que está succionando la ubre gubernamental, y sabe que se vive muy bien pegado a ella, pero ante todo, que no se trabaja como se debe.
Los mexicanos nos preguntamos qué ocurrencia vendrá, luego de que los supuestos funcionarios, los que ocuparán los cargos y deciden por los que hoy están y ceden toda la autoridad a cambio de la impunidad que les prometieron: ya dijo su Gurú que no habrá marcha atrás en los gasolinazos, ni en lo del aeropuerto y muchas cosas que prometió en campaña y no se cumplirán porque ya se dio cuenta que no es igual vociferar que gobernar.
Lo que sigue: represión, cambio de planes y actitudes y vaya usted a saber qué harán esos que cobrarán en San Lázaro y decidirán el rumbo del país.
Con esa mentalidad, de no querer debatir ni escuchar a los demás, tendremos una patria difícil de entender, donde se perdonará a los rijosos y delincuentes, donde no habrá presión para el pago de impuestos, pero se castigará a algunos que se dedican hoy a ello.
Sin lugar a dudas, como dicen algunos analistas, viene la etapa difícil parara México, cuando un sujeto de honorabilidad cuestionada puede gobernar, pedir permiso, regresar y así, cuantas veces lo quiera.
El peligro de dar de comer filete a los perros es que al conocer el sabor se atraganten y vomiten, dejando únicamente porquerías en su camino.
Y así nos puede suceder, si no hay otra opción.
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