La producción agropecuaria en México se forma por 30 principales productos, es de mayor diversificación que Estados Unidos y Brasil. Este sector ubica al país como productor 1.5% de la producción mundial. 90% del agro mexicano se integra de 30 productos de los cuales, carne de res (14%), pollo (10%), leche (9%), maíz (8%), huevo (6%) y caña de azúcar (5%) suman más de la mitad.
Este sector se mantiene por debajo del crecimiento del Producto Interno Bruto, superado por el desarrollo de los sectores manufactureros y de servicios, por la alta importación sobre todo de granos, y la dependencia del consumo interno de productos importados. El sector primario se mantiene produciendo a pesar de que al inicio del Tratado 70% de la tierra producía para autoconsumo, imposible participar en el mercado. La pobreza era divisa en el campo, aunque menos notoria que ahora a pesar de los programas sociales que cuestan miles de millones de pesos, por el abandono del campo por dueños y trabajadores para buscar empleo en las ciudades, y a la difusión de la realidad por los medios electrónicos de comunicación, en especial las redes sociales.
Otra debilidad del sector es la dependencia del mercado externo con Estados Unidos adonde exporta 78% de la producción. Ante la revisión del Tratado de Libre Comercio y el hecho de que este mercado se reducirá para productos nacionales, se busca resarcir pérdidas abriendo mercado en Asia y en Europa. Hasta ahora “ponemos todos los huevos en una sola canasta”. A pesar de tanta dificultad y estado de abandono, y ser el sector que menos aporta al Producto Interno Bruto del país, su comportamiento es positivo. Tiene saldo a favor en la balanza comercial y alza sostenida en la exportación. Del 70% de tierra que está sin producir, lograr que el 20% se vuelva productivo daría al país un crecimiento económico similar al que se registró con Zedillo. Miles de familias retornarían al campo y podrían llevar una vida digna con inversión aparejada en vivienda y saneamiento, educación y salud. El reto es que el Fondo Monetario Internacional autorice la inversión y “suelte billete a interés bajo” a través de banca de desarrollo como el Banco Interamericano, o darle a Slim el reto de volverse inversor en el campo, pues ya lo es en minería. Hay que impulsar el campo para mover a México hacia el desarrollo.
En 2016, México produjo 221 millones de toneladas de alimentos, en 2017 logró 225 millones. Destacan 64 cultivos que contribuyen con 94% del valor de la producción. La balanza comercial muestra superávit de 4 mil 463 millones de dólares, el mejor saldo positivo en 20 años (la exportación se incrementó 10% respecto de 2016 y la importación 6%) En Pesca se presentó superávit de 119 millones de dólares dado que se exportó 21% más que lo importado. El sector pecuario tuvo déficit de 527 millones de dólares.
México se consolida como tercer productor agropecuario en América Latina y 12avo mundial. Cuenta con 25 millones de hectáreas para siembra, de las cuales en 2017 se sembró 22 millones, área mayor que Inglaterra. El sector primario brinda empleo a 7 millones de mexicanos.
Producción 2016 en Tamaulipas en toneladas y aportación nacional: Primero en producción de sorgo con 2, 640,372 y 53%; sábila 153,493 y 92%; soya 146,939 y 29%; limón italiano 100,391 y 63%; okra 24,016 y 81%, canola 3,506 y 86%. Segundo nacional en shop suey 364 y 31%; cebolla 177,396 y 11%; naranja 689,962 y 15%; toronja 54,488 y 12%. Tercero en aceituna con 1,990 y 9%. Cuarto en cártamo con 9,278 y 8% y mandarina 9,823 y 4%. Quinto en lima con 588 y 4%. Sexto en caña de azúcar con 2, 902,527 y 2% y algodón con 7,733 y 2%.