Hace tiempo tuve un sueño, soñé que la mente tenÃa plena autonomÃa y que nuestro cuerpo no dependÃa cien por ciento de las decisiones de nuestra mente para poder existir, pues tenÃa también suficiente autonomÃa para sobrevivir y que el centro de la misma, era el corazón; supuse que habÃa sido influenciado por alguna pelÃcula de ciencia ficción y no le di importancia, pero la idea seguÃa en mi mente y queriendo olvidar este concepto, traté de distraerme ocupando mi mente en otras cosas, pero aunque la idea se fue distanciando, no desapareció; un dÃa, en el cual tuve demasiado estrés, tanto laboral como familiar, me sentà enfermo, mi cuerpo estaba respondiendo al sufrimiento mental y lo castigaba duramente, se me agudizó la gastritis, posteriormente pasó a ser colitis, con las manifestaciones tÃpicas de estas patologÃas, curiosamente, los medicamentos para tratar éstas, tenÃan poco efecto, o un efecto temporal, me propuse a observar este fenómeno y resultó que mientras permanecÃa estresado me afectaba más, y cuando lograba establecer cierta paz interior, mejoraba, entonces decidà tratar de engañar a mi mente, suena ridÃculo hablar de estas cosas, pero le aposté a poner en práctica un plan donde privilegiaran, aquellas situaciones agradables para el corazón, dicho de otra manera, que me hacÃan sentir bien.
Una de las estrategias consistió en simular que mi estado de salud era tan bueno, que podÃa realizar todo aquello que me propusiera, al inicio sentà cómo mi mente trataba de bloquear mi intensión, si querÃa caminar rápido, me dolÃa una rodilla; si comÃa algo que habÃa dejado de comer porque me ocasionaba gastritis, se activaba ésta; si querÃa dormir plácidamente, me veÃa acosado por múltiples pesadillas; pero todo esto lo empecé a combatir, al caminar rápido me repetÃa, mis articulaciones están en perfecto estado y seguà caminando, al poco tiempo, pude trotar sin experimentar ningún dolor; en cuestión de los alimentos, empecé a sentir un verdadero placer por lo que estaba comiendo, y me aseguraba que no fueran alimentos chatarra, y llegué a tolerar las comidas condimentadas, con picante; en razón de las pesadillas logré revertirlas, entrando a una fase intermedia del sueño, donde no se está profundamente dormido, y empecé a soñar lo que yo deseaba y era de mi agrado, entonces dormà más relajado y despertaba lleno de energÃa; asà me sostuve un tiempo hasta que se presentó una situación muy estresante en mi vida, y olvidando el control que yo tenÃa sobre todo lo malo que me sucedÃa, recaÃ, pero ahora contaba con una herramienta para poder recuperar el control: La plena conciencia.
Repasé los detalles del factor que detonó nuevamente mi estrés y me encontré con el hecho que el control de nuestra salud integral, no se puede lograr en su totalidad, si no tomas en cuenta que nuestra paz interior depende también de la paz interior de todos aquellos que amas, incluso, de los que no siendo de tu sangre, tienen alguna conexión contigo, y ésta no está relacionada con lo fÃsico, ni con lo mental, está plenamente identificada con el espÃritu.
Todo lo que relato no es nuevo, seguramente lo podrÃamos encontrar en muchos libros relacionados con el tema que involucren la interconexión cuerpo, mente y espÃritu; lo novedoso de esto, es que nadie, por más libros que lea, podrá encontrar en ellos la fórmula de mantener su paz interior y la plena salud, si no descubre en sà mismo la fuente de todos sus males.
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