La economía global va a una de las peores recesiones tras el cierre temporal de actividades en distintas partes del mundo para evitar la propagación de covid-19. En tiempo normal, la economía crece en tanto aumenta la producción de bienes y servicios. La persona tiene dinero para consumir y las empresas la capacidad de responder a esa demanda. Pero cuando ese motor no funciona bien, el Producto Interno Bruto (PIB) se estanca o cae. Se habla de recesión cuando baja el crecimiento económico durante dos trimestres seguidos. Si es leve, es recesión técnica pues puede remontarse en el corto plazo. caerá cerca de 3% en 2020 según el FMI.

Técnica es para distinguir de recesión profunda, cuando los principales indicadores, empleo, inflación, consumo, capacidad de pago o el nivel de producción, están por el suelo. Si la recesión empeora y se extiende por período más largo es depresión.

Claves para entender qué ocurre cuando un país entra en recesión: Hay menos dinero circulando en la economía, menos trabajo disponible, aumenta desempleo, se resienten los salarios, cae el flujo de caja de las empresas y cae la rentabilidad. Se congela proyectos de inversión y hay fuga de capitales en busca de mejor rendimiento. El gobierno recibe menos ingresos por pago de impuestos, y con menos recurso disponible para servicios públicos, construir obras de infraestructura o apoyar a las familias en problemas. En una recesión el país en su conjunto se empobrece, las familias vulnerables son las que sufren las peores consecuencias.

Todos los indicadores apuntan a que estamos en recesión global, si consideramos que cayó el crecimiento en el primer trimestre y caerá en el segundo que concluye. Las cifras oficiales no están disponibles. Los pronósticos señalan que la cuarentena implementada en gran parte de los motores económicos globales dejará huella recesiva. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta una caída del PIB Global en 2020 de 3%. Si eso se cumple, estamos en la peor crisis desde la Gran Depresión de los años 30. Algunas personas perderán su empleo, otras verán limitadas su posibilidad de aumento salarial o aprobación de proyectos. Los recién egresados tendrán dificultades para incorporarse al mercado laboral y quien tenía planes de iniciar un emprendimiento, deberá posponerlo.

Quienes ven seriamente afectados sus ingresos pueden quedarse sin dinero para pagar hipoteca o rentas por cubrir necesidades básicas de alimento y salud. Es en función de infinidad de factores, desde cuán pronto esté disponible un tratamiento y una vacuna, si se registran nuevas olas de contagio en la medida que los países abran sus economías y las actividades retomen su curso habitual. Es un momento de alta incertidumbre, dado que se desconoce cómo va a evolucionar el virus y la velocidad de las respuestas para enfrentarlo. Si los paquetes de estímulo fiscal e inyecciones de dinero por bancos centrales logran mantener el tejido productivo y comercial, la recuperación será más rápida, pero si muchas empresas quedan sin oxígeno financiero y se van a la bancarrota, el escenario será distinto.

Cuando en la mayor parte de Asia, Europa y Estados Unidos las cosas vuelven a la normalidad de manera escalonada y con precauciones para mantener la distancia social, América Latina es epicentro de la pandemia. Mientras no baje la curva de contagios y muertes, la región no podrá encender los motores del crecimiento.

A nivel global, aerolíneas y sector turístico esperan que la gente vuelva a sentirse segura y se atreva a viajar. Poco a poco se reanudan los vuelos, aunque está por verse cuál será la respuesta de los consumidores. Hasta que exista una vacuna, los esfuerzos apuntan a mitigar el impacto sanitario y económico de la enfermedad. Los bancos centrales disminuyen las tasas de interés para que el costo de pedir dinero prestado sea lo más bajo posible. Sin embargo, hay pocas municiones, dado que las tasas estaban bajas antes de covid- 19.
al de 5,2% este año.

Los gobiernos aumentan el gasto fiscal dejando de lado la norma de austeridad para apoyar a las empresas y a los ciudadanos. En países ricos y aquellos en vías de desarrollo, los gobiernos emiten deuda para conseguir recursos frescos. Esta alza en deuda pública será la secuela económica más duradera. Algunos economistas dicen que puede venir una “crisis de la deuda”, cuando los países tengan que pagar sus compromisos. En medio de esta nebulosa, Wall Street recupera gran parte de las pérdidas que tuvo en febrero y marzo, mientras las investigaciones para dar con una vacuna corren a toda velocidad.