Ha muerto Luis Echeverría, el hombre que gobernó México en los tiempos en que nació mi generación. Obviamente que no pudimos tener consciencia de su sexenio, sobre todo en términos políticos, pues eso, la consciencia política, cuando llega y si llega, se logra solamente de manera plena en la juventud y siempre que se tengan las referencias adecuadas para que sea posible adquirir una perspectiva de segundo grado, que es aquélla desde la cual, como ocurre con la filosofía, te es dado apreciar los asuntos sociales y económicos en perspectiva y en función de la dialéctica de las estructuras de poder. Yo tuve siempre, por fortuna, la doble referencia de mi abuelo y de mi padre, razón por la cual puedo decir que mi comprensión política se me desarrolló muy tempranamente.
Pero no voy a hablar aquí concretamente del sexenio de Echeverría ni de su legado, sino de un libro extraordinario que leí en tiempos de la universidad, y que es una muestracaleidoscópica de lo que fue todo aquello y que contribuye a elaborar un juicio político e histórico más consistente. Se trata de Los periodistas, de Vicente Leñero.
La materia de Los periodistas fue, como se sabe, el emblemático “golpe a Excélsior” de julio de 1976; medida a través de la cual el gobierno de Echeverría defenestró a Julio Scherer García de la dirección del también emblemático periódico Excélsior, por razón de la línea editorial críticacontra su gobierno.
Ese acontecimiento fue un punto de inflexión fundamental dentro de la historia del periodismo mexicano, pues de ahí se desprenderían proyectos importantísimos sin los cuales sería imposible entender no ya nada más la historia del oficio y la disciplina periodística, sino la historia política misma del México del último tramo del siglo XX y lo que va del XXI.
Me refiero a proyectos tan extraordinarios como el semanario Proceso, fundado por Scherer meses después de su salida de Excélsior, en noviembre de 1976, con la compañía de Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero, precisamente, y Armando Ponce; la revista Vuelta de Octavio Paz, fundada en diciembre de 1976; el diario Unomásuno, fundado por Manuel Becerra Acosta en noviembre del 77, del que después se desprendería, como nueva escisión, el periódico La Jornada, fundado en 1984 por Héctor Aguilar Camín, Luis González de Alba, Miguel Ángel Granados Chapa otra vez, Carmen Lira Saade (actual directora), Humberto Musacchio y Carlos Payán.
Es muy notable el hecho de que casi todos estos proyectos periodísticos estuvieran situados en las coordenadas de la izquierda (nacionalista, socialista, latinoamericanista), y que cumplieron una función de verdadera trascendencia en el largo proceso de apertura democrática del sistema político mexicano.
Todo esto fue detonado en razón de que un día de julio de 1976, durante una asamblea de la Cooperativa Excélsiorconvocada ilegalmente se designó a Regino Díaz Redondo como nuevo director del periódico, forzando la salida física de las instalaciones de Scherer y sus colaboradores. Díaz Redondo habría de dirigir el periódico por los siguientes 24 años.
Vicente Leñero fue entonces el gran cronista de esos días aciagos, publicando esta obra emocionante de 1978 en edición original de Seix Barral, y que luego diría que hizo “un libro como Los periodistas sobre lo que yo pensaba en un tiempo: describir el ambiente de la redacción de un periódico. Reflejar ese ambiente del reportero, de los periodistas, del trajín de un periódico y yo quería reflejar con éste una historia; pensaba que el ambiente bullicioso de la redacción del periódico que había vivido tan intensamente, era digno de una novela”.
Vale mucho la pena leer esta novela extraordinaria. La de Leñero es una pluma genial, y su inteligencia literaria se mezcla con la periodística de una manera ciertamente inusual para estos tiempos de cada vez menos lectura y escritura. Si algo recuerdo con nitidez son las mesas de la sala de mi casa con los ejemplares de Proceso o Vuelta que mi padre no dejaba de leer y que levantaron en mi un interés temprano por la lectura. Si alguien quiere tener una impresión directa de lo que fue hacer periodismo en el sexenio de Echeverría, Los periodistas de Leñero es la mejor opción para ello.
La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión