A siete años del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, el partido al que perteneció continúa con las mismas prácticas, pareciera que su muerte detonó la violencia y la inseguridad en esta Entidad y fue incapaz de generar una actitud renovada en los correligionarios priistas, que se consideraban afines al pensamiento y a los planteamientos de difunto.
Los que han dejado ese partido que no han sido los legítimos partidarios aventaron la toalla y decidieron enlistarse en otros partidos. Sus seguidores y discípulos extraviaron el rumbo y la dirección del proyecto rodolfista.
La indiferencia de estos ante lo que pudiera haber sido la trascendencia de la muerte de Rodolfo recuerda a este escribiente la narrativa Nietcheana, cuando relata la aparición de un loco en una plaza de Alemania, quien en la plenitud del mediodía con una linterna en mano, exclamaba, ¿Dónde está Dios? A la vez se respondía.
Ustedes lo han matado, sus altares están ensangrentados, sus templos están enlutecidos. Será esa la “karma” o la pena que cargan los priistas desde aquel 28 de junio del 2010.
Qué, ¿acaso no les bastó que su hermano haya gobernador durante seis años esta Entidad? O, ¿acaso se impuso al dolor de la sangre que clama al cielo, a favor de aquel Abel, asesinado injustamente? A las expresiones de esperanza de los auténticos y fieles seguidores de Rodolfo. Como ya se hizo tradición y costumbre, los integrantes de la denominada batucada, montaron un altar popular en el sitio donde Torre Cantú fue acribillado de 24 balazos.
Mientras que la dirigencia estatal del tricolor, con un acto luctuoso, presentó nuevamente ofrendas ante una esfinge dorada y fría de cuerpo completo del malogrado candidato. Y sendos discursos de sus parientes y amigos, que no cambian la tónica que predomina desde el día de su muerte. La mayoría de quienes se apropiaron del proyecto rodolfista, y se enriquecieron con él, se fueron de Tamaulipas. Pareciera que entre ellos están los responsables de su muerte y que saciaron con metal su dolor y la desesperanza, su angustia y su frustración.
Ojalá así pudieran también paliar su dolor los miles de tamaulipecos que han perdido sus patrimonios, su vida propia, pero, sobre todo, a sus seres queridos. Pareciera que para estos no hay gloria, sino solo infierno. En otro orden, todo indica que Marisela Soto Alemán se mantiene como fuerte prospecto para ocuparse de la contraloría del Instituto Electoral de Tamaulipas, otros de los aspirantes al mismo puesto de contralores Abelardo Perales Huerta.
Y si de reclamos se trata, ayer los jubilados y pensionas de la Sección 30 de profesores pugnaron nuevamente por la corrección del tabulador respecto al pago que perciben del Estado y que les adeudan del 2013 al 2016.
Confían en que su dirigente Rigoberto Guevara los podrá apoyar, pero si éste ha sido incapaz de recuperar el equivalente a cuotas que deriva el SNTE nacional para el seccional tamaulipeco. Con que tamaños podrán respaldar a los valiosos profesores jubilados.
Lo más probable es que los pagos reclamados por los profesores también se haya ido junto con el priato, recordemos algo similar ha sucedido con la caja de ahorros para el retiro de los profesores, cuyas aportaciones no fueron entregados por los últimos dos gobiernos priista.
Quizá por ese motivo los jubilados sólo reclaman del 2013 al 2016, porque en el 2017 ya no está el priato. Y Rigoberto Guevara si bien no era dirigente, sí fue cómplice.
Tiene más de veinte años en el SNTE. El gobernador tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca en gira de trabajo por el municipio sureño de Tampico, recorrió la ribera del Pánuco, acompañados de un nutrido grupo de empresarios porteños.
La propuesta es cambiar el uso de suelo para detonar la actividad turística y comercial en esa región tamaulipeca, donde hace cien años fue uno de los sitios privilegiados de la inversión nacional y extranjera.