“El que hurtaba o defraudaba al prójimo, no hurte ya; antes bien trabaje, ocupándose con sus manos en algún ejercicio honesto, para tener con que subsistir y dar al necesitado” (Efesios 4:28)

De los males el menos, cita un refrán; date de santos que no pasó a mayores, a manera de consuelo se puede leer en otro, y así podemos enumerar otros tantos refranes que nos invitan a tener calma ante la ocurrencia de un suceso desafortunado. Lo anterior viene a colación por el hecho de que, me levanté temprano para acudir a los ejercicios de fin de semana y me llevé la sorpresa de que mi auto había sido violentado y despojado de la batería, la cual apenas había adquirido tres semanas antes. Ignoro si por el rumbo ya habían sido denunciados ilícitos semejantes, pero, yo había considerado siempre, que nuestro complejo habitacional en el FOVISSSTE era un área poco atractiva para los amates de lo ajeno, ya que la mayoría de sus habitantes somos trabajadores del gobierno federal, con percepciones limitadas a solventar los gastos de las necesidades básicas; en fin, seguramente que cuando se incrementa la seguridad en áreas de mayor afluencia o de mayor nivel económico, a los ladrones no les queda otra que buscar su sustento en las zonas como la nuestra.

Dios tenga misericordia de aquellos que se dedican a cometer ilícitos y nos proteja a los que seguimos en calidad de desvalidos; algunos ciudadanos opinan que esto se debe al hecho de que hay mucha pobreza, pero el ser pobre no lleva implícito el hecho de ser ladrón.

“No queráis confiar en la injusticia, ni codiciar robos, aun si las riquezas os vienen en abundancia, no pongáis en ella vuestro corazón” (Salmos: 61:11)

De los males el menos, y doy por ello gracias a Dios, quien haya realizado la mala acción, por necesidad indispensable de vida y salud, sírvale el monto de lo hurtado para sanar temporalmente sus urgentes males, más nuestro Señor le enviará una señal, para enderezar el equivocado rumbo de sus pasos, pues el Todopoderoso ha mandado sin excusa, entre otras cosas, que no habremos de robar, para sanar nuestro espíritu y hacernos dignos de la vida eterna.

Dios proteja a nuestra familia, nuestro hogar, nuestra integridad. Dios bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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