La Palabra de Dios que se proclama y que se escucha en cada misa dominical es un recordatorio y una invitación a reflexionar que la Iglesia de Cristo es un pueblo, o si se quiere es un rebaño (la figura que más aparece en la Biblia), y en ese pueblo o rebaño existen pastores y ovejas pero todos forman un solo pueblo; el pueblo formado por Jesucristo, con su muerte y resurrección.

Y cada uno debe de reconocer la misión que Dios le ha encomendado. En esa medida Dios hablará al corazón y pedirá que cada uno colabore a transformar una realidad por medio de la justicia y la verdad.
El pedido de Jesús al enviar a los Doce de dos en dos significa renunciar a los excesos, a lo superfluo, a lo innecesario; la pobreza no es impedimento para hablar de libertad y de ella pueden surgir personas libres que transformen la realidad.

Es una forma de vida que permite poner los pies sobre la tierra y adentrarse en una realidad en donde los pueblos han sido despojados de todo, entender y hablar su lenguaje; esta renuncia, además, cuestiona la conciencia del otro y pone a prueba su capacidad para compartir en igualdad de circunstancias (ésto es hacer justicia); es un modo de despertar la solidaridad. Quien no acepte esta propuesta se opondrá.

En la segunda lectura de esta misa dominical tomada de San Pablo a los Efesios, describe los atributos de un seguidor de Jesucristo: “ha sido bendecido con bienes espirituales y celestiales, es santo e irreprochable, es hijo de Dios; ha sido redimido y se le han perdonado los pecados por medio de Cristo y posee los tesoros de la gracia, la sabiduría y la inteligencia para conocer la voluntad de Dios; es heredero con Cristo. Ha sido destinado para glorificar a Dios con su vida y sus acciones, para ello fue marcado con el Espíritu Santo”.

Se puede orar con las palabras de la misa dominical: “Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre significa.

Que el amor y la paz del buen Padre Dios permanezca siempre con ustedes.