Mira la pequeña llama de alegría que languidece en la distancia, y más, se siente amenazada por el mal tiempo de la desesperanza, pero nunca pierdas la fe, porque, por más que la adversidad quiera apagarla, ésta siempre permanecerá encendida para iluminar tu vida, porque Dios así lo quiere, porque el Señor te ama.
Días de lluvia, de recogimiento y de nostalgia; días que exhiben la tristeza que permanece oculta en nuestra vida; días de recuerdos, del tiempo que ya se ha ido, de tantas personas amadas que ya no están contigo; días de grandes anhelos reprimidos, días de silencio, de miradas extraviadas, de temores reales, de miedos infundidos; pero, por más que quiera el tiempo reprimir mi deseo de amarte, oh, mi Dios, jamás podrá conmigo, porque tú estás conmigo.
Palabras que viajan por el viento, que parecen perderse en la nada, pero que tienen como seguro destino, el corazón de los que como yo te aman, mi Señor, y como sé que me escuchas y me conoces, te pido que no me dejes caer, aunque bien me lo tenga merecido; sigue como siempre, conmigo, aun cuando pereciera que estás ausente, porque por mi falta de fe, piense que así sea, déjame seguir sintiendo que me abrazas con los pequeños brazos del más pequeño de los míos, déjame seguir sintiendo tu mirada, en la mirada de todo aquél que vea en mí algo bueno, déjame escuchar tus pasos, cuando camino solo entre tanta gente preocupada, déjame sentarme contigo, allá en la cima de la montaña, donde se puede ver el corazón palpitante que se mueve por amor a Ti.
Mi Señor, sé que no soy nada entre un todo que necesita más de ti, pero, no me dejes solo, sobretodo, cuando el día se torna gris y el viento frío amenaza con apagar esta pequeña luz que ilumina el camino, por donde puedo ver las huellas que dejara tu divino hijo, Jesús, por el camino.
No hay poder más grande que el amor de Dios, todo lo logra y todo lo transforma, no hay cielo gris, que pueda nublar la alegría de saberse consentido por el amor de Cristo, si él ha querido que percibas y sientas una pequeña flama, ésta anuncia el camino para allegarse la inmensidad gloriosa de la luz eterna que todo lo ilumina.
Que Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
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