“Os digo más: Que, si dos de vosotros se unieren entre sí sobre la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, les será otorgado por mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres se hallan congregados en mi nombre, allí me hallo yo en medio de ellos” (Mt. 18:19-20)
Muchas veces caminamos por la vida sin sentido, mas, algo en nuestro interior que no logramos dilucidar del todo, nos está acercando poco a poco a una gran vivencia que logrará despertarnos de nuestro eterno letargo de indiferencia. Algunas veces nos hemos preguntado ¿Acaso todo se reduce a tener que vivir para sobrevivir e instintivamente nos disponemos a comer, a beber, a dormir, a vivir en sociedad, a reproducirnos, a estudiar, a trabajar, o a vestirnos? Algo en nuestro interior nos hace sentir insatisfechos a pesar de haber logrado satisfacer la mayor parte de las exigencias del cuerpo y de la mente; si nos damos tiempo de hacer un alto, ya no sólo en nuestra primitiva forma de vivir, sino en nuestra muy inconsciente y agitada forma de vida, podríamos hurgar en nuestro interior en busca de la respuesta a eso, en apariencia insignificante, pero que tiene el poder de hacernos comprender, que estamos en la tierra, no sólo para sobrevivir a los innumerables obstáculos que nosotros mismos hemos creado para ir reduciendo nuestras oportunidad de llegar al principio de lo que pareciera ser nuestro fin.

“Más Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios2 (Mt. 4:4)

Estoy parado frente a un grupo de personas con las cuales quiero compartir la buena nueva y les digo: No importa la edad que ahora tienen, siempre habrá oportunidad para todos en cuanto a sentir el verdadero bienestar; quizá, muchos de ustedes han vivido de una manera equivocada, pensando que todo lo que les ha ocurrido en la vida está ya predestinado, pensando también, que no hay poder humano que pueda componer todo aquello que sabemos empezó mal y dejamos crecer con el paso del tiempo, yo les digo, que si ponen la debida atención, encontrarán una verdad: Que su voluntad ha estado cautiva en una prisión construida por el temor a hacer las cosas diferente, y que pueden salir de esa prisión en el momento mismo que lo deseen.

“Este pueblo, que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos” (Mt.4:16-17)
Muchas veces caminamos sin sentido por la vida, pero cuando llega la luz del entendimiento espiritual, todo empieza a tener sentido y si atiendes el llamado de Jesús, irás por el camino de la verdad y de la vida eterna.

Dios bendiga a nuestras familias y nos dé sabiduría para entender todo aquello que ha permanecido oculto por mucho tiempo al entendimiento humano. Dios bendiga todos nuestros domingos familiares, para que la luz del entendimiento espiritual siga iluminando nuestra vida.

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