“Mas él, queriendo dar a entender que era justo, preguntó a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? (Lc 10:29)

Quien nace a la vida no es bueno, ni malo, mas, habrá de enfrentar en el camino una serie de dificultades, que pueden hacerlo desviarse y tomar por ello una vereda equivocada, pues si su ánimo no se sustenta en el amor a Cristo, se verá fácilmente vulnerable al dolor que le causan los sinsabores, más que las bondades de las bienaventuranzas que suelen llegar después de haberse concientizado que toda prueba deja una valiosa enseñanza.

No me considero un hombre virtuoso, pero si agraciado por Dios que me ha permitido esta oportunidad que se llama vida para limpiar mi espíritu de toda malicia, pero, entre más me esfuerzo en hacer las cosas bien pareciera que más atraigo para mí retos a vencer, sobre todo, aquellos en los cuáles siempre está a debate si puedo ser fiel a los principios de la doctrina de  nuestro señor Jesucristo; confundido como  en ocasiones suelo estar, le pregunté: Jesús mío y Dios mío, porqué a mayor edad me resulta más difícil desprenderme de mi egoísmo? Mi Señor me contestó: Porque no has aprendido a valorar lo mucho que tienes, sigues aferrado a las cosas materiales, a las personas, a tu propio tiempo que determina tu estancia en la tierra, si no puedes ofrecerte a los demás para satisfacer sus necesidades ¿cómo pretendes aspirar a obtener los bienes del cielo?

“Dijole Jesús: ¿Qué es lo que se halla escrito en la ley? ¿Qué es lo que en ella lees? Respondió él: Amarás al Señor Dios tuyo de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo. Replicó Jesús: Bien has respondido: haz eso y vivirás. (Lc 10:26-28)

Si sientes que el satisfacer tus necesidades afectas a tu prójimo y además te duele dañarlo, renuncia a ellas, pues más vale buscar los bienes del cielo que los terrenales, Dios valorará tu sacrificio y todo lo que necesites se te dará por añadidura.

¿A quién le corresponde ser reconocido como justo, cuando cada quien busca satisfacer sus necesidades; sin importar cuáles son más grandes y cuáles más pequeñas? Seguramente al que renuncia a sí mismo para darle al otro lo que quiere o cree necesitar.

Dios nos obsequie sabiduría, para  vencer toda resistencia material que nos impida aspirar a la vida eterna. Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

enfoque_sbc@hotmail.com