“Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian” (Mt 5:44)

La verdad no duele, pero incomoda, me decía el que habita en mí. El volcán, aunque viva en aparente calma, no dejará de manifestarse cuando se enfrenta a una verdad que no puede desmentir, y las reacciones siempre serán amenazantes, tratarán pues, de valerse de la calumnia, utilizarán la ira y la difamación para enlodar tu nombre, todo esto para justificar su errático comportamiento, y lo que salga de éste, tratarán a toda costa de lastimar, pues, si han sido lastimados en su ego, buscarán a toda costa el desquite.

¿Te has enfrentado ya a este tipo de personas? La mayoría nunca están conformes consigo mismos, son ambiciosos y procuran crear su propia moral para sentirse cómodos y buscan no herir su amor propio; suelen ser intrépidos y altaneros, siempre tratan de salirse con la suya, no importa el daño que le causen a su prójimo, si fallan y caen, se levantarán y tomarán vuelo nuevamente para embestir con mayor fuerza, buscarán los puntos débiles de sus adversarios, para causar el mayor daño posible.

“A nadie volváis mal por mal, procura obrar bien no sólo delante de Dios sino también delante de todos los hombres. Vivid en paz si se puede, y cuando esté de vuestra parte con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, queridos míos, sino dad lugar a que se pase la colera; pues está escrito: A mí        toca la venganza; yo haré justicia dice el Señor” (Epístola a los Romanos 12:17-19).

Que nuestro corazón esté siempre en calma, que no se atemorice ante las fuertes tormentas, que encuentre refugio en el amor de Jesucristo, porque de no ser así, se cargará siempre con la herida que dejan las aspiraciones de agradar a Dios haciendo el bien.

Dios bendiga a nuestra familia, la mantenga siempre unida y alejada de las mezquindades de las envidias y el egoísmo. Dos bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

enfoque_sbc@hotmail.com