“Porque lo que parece una locura en los ministerios de Dios, es mayor sabiduría que la de todos los hombres; y lo que parece debilidad en Dios, es más fuerte que toda la fortaleza de los hombres” (1 Corintios 1:25)

¡Oh, mundo de incertidumbre! atemorizas a los hombres de poca fe ¿acaso no saben que en todo está la mano de Dios? Si es un loco el que amenaza, ¿por qué habrían de obedecerle los que están cuerdos? ¿A quién habría de beneficiar tanta desconfianza y tanto caos? Los necios han crecido como la cizaña entre el trigo, pero en su momento sucumbirán ante la fortaleza de lo que parecía más débil; porque mayor será la sabiduría que el Señor enseña con bondad, que la que tratan de inculcar los sabios con tanta rigidez y que lo mismo destruye el trigo que la cizaña.

De qué le sirve el temor al débil si no logra mover su conciencia para amparase en el amor de Cristo; de qué le sirve al siervo, pensar que está seguro a la sombra del poderoso, si cuando el sol se oculta no encontrará refugio.

¿De qué le sirven las vilezas cambiadas por dignidad, al que traiciona a su hermano? Cuánto podrá durarle el aprecio, del que fustiga sin piedad, que, conociendo la pobre lealtad del delator, igual podría entregarlo en venta.

De qué le sirve al condenado cambiar de un verdugo a otro, si con mano férrea o mano suave igual castiga. De qué le sirve al juez impuro dictar sentencia, al amparo de una ley imperfecta, tal vez se sentirá satisfecho de cumplirla, más su corazón le estará por siempre reclamando la injusticia.

De qué está hecho el hombre que no reconoce su naturaleza divina ¿de barro, de arcilla, de nada? ¿En qué basa el conocimiento de su sabiduría?

Qué será mejor o peor, creer o no creer, tener fe o no tener, amar o no amar; o quedarse solo en esta tierra, una vez que no tenga más competencia, más ambición, más egoísmo, más sabiduría sin corazón.

Dios nos dé la sabiduría que nos muestre la verdad y nos aleje de la falsedad de las promesas del impío.

Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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