Por lo tanto, os aseguro que todas cuantas cosas pidiereis en la oración, tened viva fe de conseguirlas, y se os concederán sin falta. Mas al poneros a orar, si tenéis algo contra alguno, perdonadle el agravio, a fin de que vuestro Padre que está en los cielos, también os perdone vuestros pecados” (Mc 11:24-25)

Qué dicha sentirse amado por Dios, que dicha estar tan cerca de él, y tener la seguridad de que su amor es tanto, que puede perdonar todo cuanto haya escapado de tu control y haya sido motivo de pecado; porque Jesús sabe de la fragilidad humana y conoce el corazón del hombre, el corazón donde vive ese amor infinito por sus hijos en la tierra.

Señor, nos has pedido que perdonemos de corazón a nuestro prójimo, que alejemos de nuestra vida juicio alguno, que veamos primero la viga que llevamos en el ojo, antes de ver la paja en el ojo de nuestros hermanos, Tú que nos has enseñado que la misericordia vale más que los sacrificios, para pedir que sean exoneradas nuestras fallas, Tú  que nos pides ser humildes y solidarios, con los desvalidos, Señor ten piedad de nosotros.

Padre, hay muchas cosas más que nos dirás en su momento, cuando estemos preparados para ello, que tu Espíritu Santo nos muestre el camino de la verdad y nos ilumine con su sabiduría.

Bendice Señor a nuestra familia, sana a nuestros enfermos y ayúdanos a evitar dañarnos a nosotros mismos y a nuestro prójimo. Bendice Padre, todos nuestros Domingos Familiares.

enfoque_sbc@hotmail.com