“Al contrario, el sembrado en buena tierra es el que oye la palabra de Dios y la medita, y produce fruto, parte ciento por uno, parte sesenta, y parte treinta” (Mt 13:23)
Y viéndome cabizbajo, con un callado lamento que se reflejaba en mi cara, al pasar a mi lado se detuvo y pregunto: ¿De qué tamaño es tu preocupación? Y no queriendo ser causa de congoja dije: No es nada mi Señor, son sólo pensamientos que rondan por mi cabeza, pero al sentirte cerca se han disipado; mas, el Maestro conociéndome como me conoce repitió la pregunta. ¿De qué tamaño son tus preocupaciones? Y avergonzado, sin mirarle a los ojos, le contesté: Del tamaño de la importancia que les dé. Dices bien, entonces qué es lo más importante para ti, replicó. Lo más importante para mí, es no sentirme lejos de ti. Y ¿dónde estoy en estos momentos? Dijo el Maestro. Estas aquí conmigo. Entonces, no le des cabida en tu mente a las cosas que sólo son cosas, a las situaciones, que sólo reflejan miedo e inseguridad. ¿Acaso no eres tú un trabajador de mi viña? Preocúpate, pues, en lo que verdaderamente es importante y haz que mi viña produzca suficiente fruto, y déjame a mí las preocupaciones, pues mientras yo me encuentre en tu corazón, yo estaré siempre contigo para que nada te dañe.
Cuántas veces nos preocupamos por situaciones imaginarias, cuántas más que siendo conocido su origen, no son relevantes, pero todas ellas, las menos o las más, pueden magnificarse cuando no estamos conscientes de que no hay dificultad que nos apremie, que no sea solucionada de la manera más adecuada, cuando solicitamos la intervención de Jesucristo, quien no dice: “Venid a mí todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas, que yo los aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis reposo para vuestras almas. Porque suave es mi yugo y ligero el peso mío.” (Mt 11:28-30)
Señor, sea mi primer y último pensamiento en ti, quédate para siempre y muéstrame el camino.
Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
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