Dime que viviremos por siempre en los momentos felices, aunque estos se encuentren en el pasado.

Dime que no dejaremos que los pensamientos negativos, eliminen la esperanza de seguir teniendo la templanza de levantarnos cada mañana pensando que viviremos un nuevo y mejor día.

Dime que estás de acuerdo en que vale la pena sonreír sólo por el hecho de conservar el derecho a ser feliz.

Dime que piensas en mí cuando estoy lejos de ti, porque tú estás siempre en mi pensamiento vibrando con la misma energía, esperando me puedas consentir cuando llegue a casa cansado.

Dime que ser feliz conmigo se encuentra entre tus prioridades, y que te sientes orgullosa de mí cuando alejo de ti las calamidades que te causan dolor y malestares.

Dime que el dolor y el cansancio que ambos tenemos, son un llamado de atención de nuestro cuerpo para agradecer a Dios el que nos amemos tanto.

Dime que te das cuenta cuando me levanto a media noche, para verificar que estés respirando y que no tengas frío, mientras me quedo mirando a tus labios, para que al menor destello que ilumine tu sonrisa, me hagas pensar que me estas besando, mientras me estas soñando.

Dime que los enojos son un dulce reclamo a mi fingido desinterés, cuando tienes la necesidad de que te consuele cuando algo te está molestando.

Dime que aún tenemos tiempo de reinventarnos, para ser la mejor versión de lo que esperamos uno del otro, para que sanen las heridas del alma, que alguna vez sin querer nos infringimos.

Dime que cuando nos miramos a los ojos, sigues viendo en mí al ser que Dios tenía destinado para ti y no te has equivocado.

Dímelo, aunque sea con una tierna mirada, porque a veces pienso que ya no estoy en ti, sobre todo, cuando te quedas callada y mi alma parece invisible como si ya no significara nada para ti.

enfoque_sbc@hotmail.com