La asimetría de información en el mercado de salud es tan profunda que hay oportunidades para que proveedores de servicios sin escrúpulos, abusen. La demanda de servicios médicos es insensible a precios, por ello cuando una familia enfrenta una crisis médica, sus miembros se disponen a gastar lo que tienen y más, para resolver el problema. Los que tienen mucho, gastan lo necesario para encontrar un remedio; los que tienen poco agotan ahorros, se endeudan, y hasta venden los pocos activos que tienen, para resolver la crisis.
Una de las principales motivaciones para establecer el Seguro Popular fue contar con una herramienta financiera que paliara la consecuencia económica familiar ante una crisis de salud. Con su introducción, se pudo resolver una de las peores consecuencias de la forma en que opera el mercado de salud, convierte en asegurado a quienes antes se veían obligados a pedir atención a la salud y condonación de la cuenta y recorrer en plan de limosna instituciones de apoyo social.
Salvo un conjunto de enfermedades cuyos síntomas son conocidos, el diagnostico de otros padecimientos requiere la intervención de especialistas con conocimiento y herramientas específicas. Aun con estas herramientas, muchos diagnósticos son de pronóstico incierto, dañan la economía, emociones, y riesgo para la demanda legal. La práctica médica para manejar la incertidumbre, es solicitar análisis adicionales y pedir las opiniones de otros expertos, pero hay ocasiones en las que ni así se asegura que se llegó al diagnóstico definitivo y que todo saldrá bien. Aun cuando se comparta este panorama y se dé toda información disponible, incertidumbre y asimetrías de información persisten.
La posibilidad de que se tomen malas decisiones persiste aun cuando haya relativa certidumbre y consenso en la fase de diagnóstico. El siguiente reto es decidir a quién confiar el procedimiento. Esta decisión implica asumir riesgos adicionales al carecer de información objetiva que sirva para evaluar y calificar la calidad de los médicos tratantes. Salvo casos excepcionales, esta información no está disponible. La mayoría de los pacientes pide referencias sobre la reputación del doctor y sobre la institución para llevar a cabo el procedimiento, información que puede ser inadecuada.
Dos medidas serían útiles. Crear un banco de datos con información objetiva y fidedigna sobre el desempeño profesional de los especialistas. Para evitar uso incorrecto, el acceso debe restringirse a paciente y personas que acrediten interés legítimo. Este historial se contrastaría con datos de una muestra representativa de profesionales de la misma especialidad.
La segunda medida, contar con profesionales independientes que ayuden a los pacientes a tomar mejores decisiones con base en la información disponible. Este tipo de profesionales opera en otros sectores (capital, seguros)
Imagine la incertidumbre que prevalece en el paciente y la familia en las salas de hospitalización del Sector Salud. En una semana de hospitalización, deben aceptar sin respingar la información y someterse a la decisión, que muchas ocasiones difiere de un turno al siguiente, y son, matutino, vespertino, tres nocturnos y fin de semana.
Todo un calvario para miles de familias usarías, que los trabajadores de la salud deben encontrar cómo paliar, pues la pobreza sentó sus reales en el sector salud de Tamaulipas dejando sin insumos básicos para la atención de los pacientes, y se deja al trabajador en indefensión frente al paciente y familia y como fácil víctima de señalamientos, acusaciones y demandas.