Cada año es el mismo ritual: las mañanitas, la felicitación y más, pero no dejamos escapar el DÃa de la Madre en México, que nos recuerda la condición humana más significativa y que tiene que ver con ellas: la maternidad, fecha que en nuestro paÃs es muy especial, considerando que venimos provenientes de hogares monoparentales, donde la madre es la voz de mando, pese a lo que digan los machos y los que se consideran muy hombres para reconocerlo.
Son ellas las que están pendientes de casa, de la comida, los servicios, las atenciones y la formación de los hijos, dejando en su espalda la pesada carga de la formación de los herederos. Los problemas que constituyen conflicto siempre son resueltos por ellas, las que ostentan el sagrado motivo de ser madre.
Seguramente, muchos desvelados porque las serenatas son comunes en fechas de este tipo, y en ese sentido hay el más puro sentimiento desarrollado en torno a ellas. La madre es el ser más importante en el hogar mexicano y en general latinoamericano.
Somos curiosos, porque no les damos el trato equitativo que debiéramos, pero un dÃa como el 10 de mayo nos ponemos prácticamente de alfombra para que pisen sus pies nuestro cuerpo, dejando para otro dÃa el que sean simples mortales, tocadas por el divino don de la maternidad, otorgado por quien ha creado al mundo.
Es la madre el factor de unión y sacrificio en casa. Muchos de nosotros no abandonamos el hogar porque ella está siempre pendiente y nos procura, nos arropa, nos restringe y corrige: es la madre el ser humano más importante de. Una familia, por donde quiera que lo veamos.
Y es ella, la guÃa del hogar, la que recibe menos reconocimientos, aunque hoy sea la gloria, la reina, la mejor y la única: para el dÃa siguiente, sigue siendo mamá, la que recoge, la que cocina, la que guarda y educa, la que corrige y procura, y la que está casi siempre entre la espada y la pared cuando hay desacuerdos en casa.
Y nosotros, como buenos mexicanos, somos especialmente maternalistas, es decir, en un dÃa como hoy no pensamos más que en la inmortal figura sagrada, rayando en lo divino que significa la madre, la autora de nuestros dÃas, la base del hogar, la que es claro y puro ejemplo de sacrificio, aunque de repente surgen en la sociedad entes que abrazan esa condición y no la honran por sus acciones poco humanas y poco amorosas.
Pero para todos o casi todos, el 10 de mayo es dÃa de la madre y hay que celebrar. Las autoridades de todo nivel hoy seguramente se enfrascarán en una competencia para ver quien dedica el más emotivo mensaje, y quien ofrece los mejores regalos, tales como licuadoras, batidoras y otros electrodomésticos que servirán para que nos sirvan mejor y con mayor comodidad.
Pero serÃa muy interesante reflexionar sobre la importancia de ella en casa, y determinar su valÃa total y plena en una sociedad matriarcal, una sociedad que sabe lo que vale ella y le otorga un sitio privilegiado.
Importante será entonces, para todos nosotros, hacer del 10 de mayo un dÃa como otros en el calendario, en el sentido de que se debe honrar a este ser todo el año, y dedicar los mejores sentimientos no hoy sino siempre, ya que, finalmente, ellas son madres únicamente 365 dÃas al año, sin horario ni limitantes.
Y nosotros, preocupados por atenderle, hoy vamos a un restaurante o algo por el estilo, y tratamos de darle el lugar que merece… aunque sea únicamente por un dÃa.
Habrá que hacer un homenaje a las madres que ya no están, las que lucharon con sus hijos ante el clima que vivimos hoy en dÃa, y a las que diariamente lloran la pérdida de sus hijos de una manera que ellas mismas, con su eterna sabidurÃa no alcanzan a comprender.
A ellas, una oración, un recuerdo y la solidaridad, aunado al gran amor que merecen y profesan para con sus hijos y los demás en la familia.
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