Se pintaba de triste, se miraba en la luna y se alisaba el cabello después de la pasión, del amor y el desvelo, y sus grandes ojos divinos iluminaban el cielo de tan grandes anhelos, alejando la oscuridad del pensamiento de lo que creía era motivo de su pobre fortuna; y regresaba del sueño pesado, para despertar en la tierra de donde había escapado, buscando otros sueños, de vivos colores, llenos de flores, de excelentes perfumes, de días brillantes, de despertares felices.  

Le pregunté  al principio de todo en la vida ¿Por qué las palabras se pierden en el infinito? ¿Por qué las fuentes que derrochaban otrora alegría, que alimentaban de agua los ríos, los mares y océanos, con las eternas sonrisas y cantos de este mágico suelo, han sido por fin desecadas? Por falta de fe, resonó un trueno en el cielo, el hombre busca ahora sólo fortuna y la fama, de material sólido es ahora su corazón, no dejando espacio para el amor, la misericordia y el perdón.

¿Por qué estás tan triste mi Señor del cielo? creador también de la tierra, con una sola lágrima tuya, los campos podrán reverdecer, las montañas se iluminarán de color, las flores darán alegría de nuevo a la vida; vuelen y canten las aves, hagan llegar los sonidos a los sordos oídos del hombre, para despertar a una nueva vida, donde reina eternamente la paz y la armonía.

Si todo fue dicho ya por Ti, mi Dios, mi salvador, escríbase y empiece la fiesta donde reine tu amor, que el hombre por más inteligencia, nunca podrá tener tu gran poder y total sabiduría.

Hágase tu voluntad de principio a fin, porque tú estás siempre con nosotros.

Correo electrónico:

enfoque_sbc@hotmail.com