Soy como una hoja, que un afortunado dÃa, cayera de lo más alto del árbol de la maravillosa y siempre anhelada sabidurÃa que hace que la vida sea amable y sencilla, y esté muy alejada de las complicaciones propias de la indeseada ignorancia, porque el hombre sabio actúa con plena confianza, evitando los obstáculos que le impone el pensamiento mundano, cuando éste se ve influenciado por la maledicencia generada por el miedo, la ira, la mentira, la ansiedad, la tristeza, el rechazo y la vergüenza, que suelen desactivar el buen ánimo y la humildad, que no se dejan vencer por las caÃdas, porque el que se siente afortunado y consentido por la esperanza de que en su descenso como la hoja mencionada, confiado en la ocurrencia de que con un milagro, podrá verse agraciado con un par de alas, para retomar el vuelo planeado, proporcionado por el suave viento del consentimiento de la misericordia, que trae el consuelo a los caÃdos, que por su fe quieren seguir lo más alto, tanto, como para besar el cielo, donde los pies descalzos y divinos del Cristo Resucitado se desplazan, llenando de amor y bienaventuranzas a los que creen en él si haberlo visto, pero sà sentido con gozo por el corazón agradecido por el don de la vida concedida.
Soy como soy y debo ser, y no me dejo vencer por la adversidad mal concebida porque no pago mal con mal, asoma a mi espÃritu inmortal el bien concedido desde el primer soplo de vida que dio a mi ser una definición dual mitad materia y divinidad porque sólo conservando el origen de la creación se puede vencer el mal.
SÃ, Dios está aquÃ, contigo y conmigo, está vivo y cumple con lo prometido, más debes recordar que necesitas siempre alimentar el amor con que fuiste concebido, porque no eres producto de la voluntad de dos seres que a su vez obedecieron la santa voluntad del Creador del Universo.
Estoy aquà y ahora, dice el Señor, y estaré hasta el fin de los tiempos, tu principio no es tu fin, tu principio es amar a tu prójimo como Dios nos ha amado y el fin de tu tiempo es el principio de una nueva vida.