Después de haber caminado un rato por las calles de nuestra hermosa ciudad capital, cansado, me senté en una banca de una plaza solitaria; la tarde estaba despidiéndose y el aire fresco corría placenteramente, moviendo con armonía las ramas de los árboles; como el respaldo de la banca no era muy cómodo, cambié de postura, pasé mis brazos por atrás del cuello entrelazando mis manos, y estiré la piernas, no sin antes verificar a los lados si venía algún transeúnte,  pues  por increíble que parezca y a pesar del cubre bocas tengo la fortuna de ser algo conocido; nadie, me dije, entonces cerré los ojos tratando de dormitar, y creo que si lo logré, pero después del micro sueño, sentí cómo el asiento de la banca cedía al peso de otro cuerpo, situación que me sobresaltó un poco y corregí mi descansada postura corporal; entonces mi inesperado acompañante, como si nos conociéramos de mucho tiempo dijo: Se antoja, verdad, el clima se presta para darse unos minutos de reposo y por qué no dormitar. Lo miré de reojo y lo saludé afirmando su apreciación y el sonriendo se disculpó por despertarme; no hay cuidado le dije, voy de paso, mi auto está a un par de cuadras y ya se me hizo tarde. Sabe, ayer descubrí una cosa, comentó aquel risueño personaje, que si por voluntad no detienes tu prisa, el cuerpo se encargará de detenerte, y esa acción que parece ajena a la conciencia, nos habla de que a pesar de que el cerebro es el centro maestro de todo nuestro universo, el cuerpo tiene sus mecanismos de defensa para proteger a otros órganos de la economía y entre ellos proteger al mismo cerebro, para que éste, en un momento crítico, no vaya a cesar las funciones que dan viabilidad a toda la economía corporal, dicho de otra manera, amigo mío, usted acaba de recuperar un valioso momento para alargar su vida. Entonces, así como llegó, el hombre se levantó de la banca, inclino su cabeza a forma de saludo y se despidió sin más, mientras yo pensaba en aquella aseveración, rememorando las vitales funciones del cerebro y la supuesta dependencia de las otras partes del cuerpo de ese vital órgano.

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